La diversidad de Iruñea se encarnó ayer en “Mazedonia. Kalejira de las culturas”, en la que participó una treintena de colectivos y asociaciones de países como Perú, Ecuador, Ghana, Brasil o Ucrania.

En los prolegómenos, las calles San Lorenzo y Descalzos eran un hervidero de gente vestida con coloristas indumentarias, en muchos casos repletas de lentejuelas, originarias de su correspondiente país.

La música acompañaba ese despliegue de diversidad y riqueza cultural que alberga Iruñea y que se hace presente en este particular y vistoso desfile.

La marcha comenzó a las 17.30 horas y la abría una pancarta con el nombre de esta kalejira, a la que seguía una batucada que hizo vibrar a las numerosas personas que se agolpaban en las sombras de la calle Mayor, por donde inició su trayecto.

En ese tramo se encontró con una “invitada” inesperada, una barredora de la Mancomunidad de Iruñerria que se detuvo para que pasara el colorista desfile, que se elevaba por el cielo en forma de muñecos y banderas multicolores.

CONTRA EL RACISMO

Entre esos elementos que dotaban todavía de más variedad al desfile figuraba una pancarta de color rosa en la que habían sido tachadas las palabras “Arrazakeria. Racismo”, buscando combinar el despliegue cultural con la lucha y la reivindicación contra esa lacra.

El recorrido se extendió por un kilómetro, ya que se prolongó hasta la plaza Consistorial y Mercaderes, para ascender por Txapitela y alcanzar la plaza del Castillo, con una media vuelta a este emblemático lugar.

En la plaza se celebró un acto final en el que todos los grupos participantes bailaron un aurresku y una sokadantza bajo la dirección de Duguna.

Una mezcla de culturas autóctona y venidas de otros lugares del mundo que conforman una particular macedonia sanferminera que, con su séptima edición, se ha convertido en uno de los cierres emblemáticos de las fiestas.