Raimundo FITERO
DE REOJO

Se siente a la gente

Nadie olvida lo que nunca conoció, ni añora lo que no tuvo. ¿Dónde está la gente? En una redacción donde estuve aprendiendo se llegó a la conclusión de que no era correcto usar el término gente. Años después una organización política se autoproclamó la representación genuina de la gente. Dentro de esta turbulencia menor, se vislumbran varias manifestaciones de gente o gentes, lo que podríamos sintetizar como el pueblo, o las masas organizadas a partir de sentimientos e ideas fuerza que van contra el discurso dominante gubernamental.

Hay gentuza interpuesta en forma de medios de comunicación, ejércitos de manipuladores, propaganda gubernamental, por lo que hay que señalar la existencia de manifestaciones de la ciudadanía ucraniana contra medidas autoritarias de Zelenski que quiere acabar con las agencias contra la corrupción. En muchísimas ciudades norteamericanas hay muestras de rechazo a las políticas antidemocráticas de Trump. Están silenciadas, perseguidas y reprimidas por los uniformados y por el muro informativo digital cruel y uniforme que selecciona las dosis de desinformación.

En estos gestos se siente a la gente, ese imaginario conglomerado de personas concernidas por decisiones de sus dirigentes. Y lo veo hasta en Israel, difusas muestras significativas contra el genocidio de Netanyahu, pero importantes por lo que representan, y en Japón donde hay un malestar por la inflación y el crecimiento de la extrema derecha. Y podría seguir hasta dar dados ingentes sobre las gentes que forman la esperanza de futuro o el mínimo freno a la deriva terrorífica a la que nos llevan.