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BILBO

Familias de Osotu Lanbarri se movilizan e interpelan a Lakua

Familias de Osotu Lanbarri, donde el 60% del alumnado tiene necesidades especiales, han iniciado una huelga de hambre, tras no responder Lakua a sus demandas. Apuntan que ese centro educativo «no es un capricho», sino «una necesidad para muchos niños y niñas».

Las familias se movilizaron ante la sede del Gobierno de Lakua en Bilbo.
Las familias se movilizaron ante la sede del Gobierno de Lakua en Bilbo. (GARA)

Familias del colegio Osotu Lanbarri, ubicado en Gueñes y con más de un 60% del alumnado con necesidades especiales, iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida ante la falta de respuesta de Lakua a sus demandas. Antes llevaron a cabo una manifestación desde San Mamés hasta la sede del Gobierno en la Gran Vía de Bilbo. El AMPA del centro advirtió al Departamento de Educación del «riesgo inminente» de su cierre por falta de financiación y envió escritos con testimonios de escolares y de familias que piden la implicación del Ejecutivo.

Tras ese anuncio, el Departamento de Educación replicó que Osotu «es un centro privado, cuya sostenibilidad y situación financiera son responsabilidad exclusiva de sus titulares». «La ayuda extraordinaria concedida el curso pasado, así como la recientemente aprobada, han respondido a una voluntad de colaboración excepcional por parte del Gobierno Vasco, pero no guardan relación alguna con la situación estructural del centro», apuntaron desde el Ejecutivo.

El AMPA lamenta, por contra, que el centro «ha cumplido escrupulosamente con todos los requerimientos» que se le exigieron, pero Lakua ha «vulnerado en forma, plazo y contenido» el acuerdo.

«NO ES UN CAPRICHO»

Lo cierto es que durante el curso 2024/25 el colegio ha tenido 202 alumnos, de los que 93 reciben apoyos específicos (46%). De ellos, 43 están en listas de Berritzegune y al menos 27 son alumnos con necesidades educativas especiales. Además, otros cincuenta alumnos (un 25% del total), reciben adaptaciones y un acompañamiento personalizado que no encuentran en otros centros educativos, y un 16% del alumnado recibe adaptaciones por alta capacidad.

«Osotu no es un capricho: es una necesidad para muchos niños y niñas», explica una familia en su carta a la consejera Begoña Pedrosa, mientras alumnos de ESO piden que no se cierre el colegio, «que es especial», y «por eso mismo merece la pena apoyarlo: porque ayuda a estudiantes que no encajábamos en los colegios de siempre y de verdad se preocupan por la diversidad».