Iñaki IRIONDO
DEBATE SOBRE EL MODELO POLICIAL

La posición del PNV ante la Ertzaintza ha dependido de su relación con el Gobierno

El PNV ha pretendido hacer ver que ha defendido siempre a la Ertzaintza, pero no ha sido así. Ha dependido de una doble relación con el Gobierno. Por una parte, de si el Departamento de Interior estaba en manos jeltzales, como se vio en el caso de la muerte de Iñigo Cabacas. Pero también de las relaciones que la Ertzaintza tuviera con la Consejería, como en sus acusaciones a «Ertzainas en lucha».

(FOKU)

Lo que reproducimos a continuación está recogido de los diarios de sesiones del Parlamento de Gasteiz.

Un parlamentario asegura que «sinceramente, empezamos a sospechar que [lo ocurrido] no es solo la dramática consecuencia de un presunto error humano [de un ertzaina] es también la concatenación de una serie de decisiones que tienen su origen en la cúpula que dirige el departamento. Es el resultado final de un fallo estructural que afecta a toda la organización y que se traduce en conflictividad, desmotivación, cambios continuos, ansiedad. Es decir, una especie de daño estructural que afecta a todo el sistema».

El consejero del Gobierno le responde que «después de escuchar sus dos intervenciones tengo la impresión, la firme convicción, de que a ustedes lo que menos les importa es que la investigación llegue hasta el final, que se haga con rigor, con independencia y con profundidad. Ustedes lo que están buscando es utilizar [lo sucedido] para combatir al Gobierno y para intentar obtener réditos políticos. Ustedes lo que están buscando son excusas para pedir ceses y dimisiones previo a que la justicia se pronuncie, en una actitud que no voy a calificar pero que les retrata».

El parlamentario es Mikel Martínez, del PNV. Y el consejero de Interior es Rodolfo Ares, del PSE. El contexto es el de la muerte por un pelotazo en la cabeza de la Ertzaintza del aficionado del Athletic Iñigo Cabacas Liceranzu en 2012.

En aquellas fechas coincidieron también mas actuaciones violentas cuestionadas de la Ertzaintza. Y en otra sesión parlamentaria Mikel Martínez le dijo al consejero que «es evidente que primero el alto el fuego y luego la desaparición de la violencia terrorista de ETA nos sitúa en un escenario completamente distinto en lo que hace referencia a la gestión de la seguridad pública de nuestro país».

Le preguntó si «¿se han analizado en profundidad los dispositivos necesarios y sus características? ¿Se evalúa de forma sistemática el cumplimiento de los protocolos y procedimientos aplicables en cada caso?».

En esa comisión y en otra posterior, Martínez incidió en que «hemos recibido directamente quejas de ciudadanos y ciudadanas de que parece que últimamente hay cierta sensación de que en algunos momentos concretos la Ertzaintza se está empleando, bueno, con excesiva agresividad».

Se estaba hablando de las heridas de Xuban Nafarrate provocadas también por un pelotazo en la cabeza de la Ertzaintza en Gasteiz, y el parlamentario jeltzale repetía que queremos trasladar esa preocupación y esa sensación que tienen algunos ciudadanos, no solamente de este episodio sino alguno que se produjo el día posterior también en la plaza de la Virgen Blanca, donde también hubo una actuación y hubo personas que mostraron su queja por dicha intervención».

Y en un pleno posterior, en el que el Martínez censuraba el oscurantismo del Gobierno sobre la muerte de Cabacas y pedía transparencia, el parlamentario del PSE Mikel Unzalu le espetó que cuando los jeltzales estaban en Interior y tuvieron que «lidiar con situaciones difíciles», el PSE actuó con «responsabilidad y sentido de país». Luego acusó al PNV de «descalificar y erosionar la credibilidad de las instituciones comunes vascas por el simple hecho de que ya no las dominan. Y ahora, en este momento, le ha tocado el turno a la Ertzaintza».

Unzalu fue más allá y le reprochó al PNV haber «adoptado el discurso de los radicales, haber adoptado el discurso de los que han dirigido sus ataques a la Ertzaintza, con campañas destinadas a ensuciar el nombre de nuestra Policía».

Y el jeltzale Mikel Martínez le contestó que «usted nos ha instalado en el discurso de la provocación y del insulto y no ha dicho nada más. Ese es el discurso que hacen, primero, los que no tienen argumentos para defender la posición política y los perdedores. Así de claro. Usted ha hecho un discurso hoy de auténtico perdedor».

Pocos meses mas tarde, tras volver el PNV a Ajuria Enea con Iñigo Urkullu y a la Consejería de Interior, con Estefanía Beltrán de Heredia, todo cambió, y lo que le reprochaban a Rodolfo Ares pasó a ser su práctica, incluido el maltrato a la familia Cabacas Liceranzu.

IÑIGO URKULLU PIDIÓ «REPROCHE SOCIAL» CONTRA MILES DE ERTZAINAS.

Fue en una entrevista en Radio Euskadi, en setiembre de 2023, después de que el colectivo “Ertzainas en lucha”, que en algunas movilizaciones reunió a miles de agentes, realizara una caravana retardando el tráfico en Donostia, y de que semanas antes hubieran paralizado ante el Parlamento el servicio de tranvía, con la aquiescencia e incluso saludos de sus compañeros uniformados.

Tres meses antes, en la Academia de Arkaute, el lehendakari Iñigo Urkullu avisó de que la Ertzaintza «ha de ser un cuerpo profesional» y les advirtió de que «ninguna institución, tampoco la Ertzaintza, puede permitirse el lujo de perder el respeto de la sociedad a la que se debe». Además, el lehendakari llamó a «cerrar el paso» a «injerencias organizadas» que «amenazan signos de identidad, principios, organizaciones e instituciones» y defendió que «el compromiso, la profesionalidad y el respeto» son los «signos de identidad» de la Policía autonómica.

Las movilizaciones de los ertzainas ante el Parlamento pasaron muchas líneas rojas, que los agentes uniformados nunca habían consentido en otras protestas laborales, incluido el acoso al propio lehendakari y a la cúpula del Departamento de Seguridad. Y ello provocó duras declaraciones de Andoni Ortuzar, entonces presidente del EBB, y de Aitor Esteban, todavía portavoz del PNV en el Congreso, que mostró su preocupación por la erosión de la imagen del cuerpo. Y se dirigió a los agentes no solo como funcionarios, sino como garantes del servicio público, asegurando que esperaba de ellos una mayor responsabilidad y respeto a la institución.

Quienes participaron en esas movilizaciones fueron miles de agentes. Casi todos ellos ajenos por completo a aquella Ertzaintza primigenia en la que los batzokis enviaban notas de idoneidad «patriótica» de los aspirantes. Hoy son mayoría los candidatos de gimnasio, dicen que con más testosterona que neuronas, que han copado las últimas promociones hasta que las pruebas se les han acabado volviendo insuperables.