BANCO DE ALIMENTOS, PENSIONES, MALI... EL INICIO MÁS SOLIDARIO
Las dos caras de la Aste Nagusia donostiarra coincidieron este año en solidaridad y componente social. Mientras el Banco de Alimentos y la asociación de Amara Berri lanzaban el cañonazo oficial, Donostiako Piratak encomendaba su txupinazo, con gusto, a los pensionistas, a modo de reconocimiento por su lucha contínua.

Con apenas media hora de diferencia y en dos recintos muy cercanos, dos estruendos pusieron en marcha la Aste Nagusia donostiarra, en versión oficial y popular. A las 19.00 se lanzó el cañonazo a los sones del Artillero en Alderdi Eder, y treinta minutos después se disparó el txupinazo en La Flamenka. Ambos compitieron esta vez en contenido solidario y social, puesto que en el Ayuntamiento fueron protagonistas el Banco de Alimentos de Gipuzkoa y la asociación vecinal Amara Berri (y con ello indirectamente los exiliados malienses), y en el puerto, los y las pensionistas.
El día estaba más de playa que de otra cosa, de modo que en Alderdi Eder no hubo mucha asistencia, o quizás simplemente este acto necesite que alguien le dé una vuelta para hacerlo más atractivo. Palidece mucho comparado con lo que se ve en la Plaza del Ayuntamiento de Iruñea, la de Baiona, la Virgen Blanca de Gasteiz y la del Arriaga de Bilbo en sus estallidos festivos. Más vale que a diez minutos del inicio aparecieron los gigantes y cabezudos trayendo tras sí a algunos cientos de festazales más.
Mientras la Cofradía Vasca de Gastronomía preparaba el cañón para el momento cumbre, la txaranga Joselontxos, los tamborreros y los dantzaris animaron a la concurrencia. Y los representantes del Banco de Alimentos y del auzo elkartea de Amara Berri subieron a la tarima para entonar el ‘Artillero dale fuego’. En el caso de la asociación vecinal, con mejor cuerpo después de que se haya encontrado una solución habitacional en Oñati para los 50 malienses que han pasado dos meses en el barrio. El miércoles dieron la última voz de alarma sobre su situación, avanzando que acudirían al cañonazo pero «con poco espíritu festivo», y Ayuntamiento y Diputación tomaron cartas en el asunto finalmente.
LAS PENSIONES QUE SE DEFIENDEN Y SE CELEBRAN
Onintza Mokoroa prendió la mecha del modo que se viene haciendo desde 1993 y con ello se inició oficialmente una fiesta que no parará hasta medianoche del próximo sábado. Donostiako Piratak apurará un día más allá, hasta Irrikitaldia en la tarde del domingo.
Realmente la fiesta pirata también empezó antes que la oficial, porque muchas cofradías calentaron el ambiente con comidas en sus barrios y txokos, antes de juntarse en La Flamenka con Ezkila Kapitaina y Matti. Esta vez, Donostiako Piratak materializó una intención que tenía en mente hace años: homenajear al movimiento de pensionistas por su lucha continua.
«Ongi etorri piraten gune askera»; es así como da la bienvenida La Flamenka a quienes allí se acercan estos días. Por ahí pasaron los pensionistas con una pancarta que llevaba un número voluminoso: 145.152. Son todas las firmas que han recopilado en los últimos meses para su Iniciativa Legislativa Popular en busca de un complemento para las pensiones, registradas en el Parlamento de Gasteiz.
Los protagonistas hicieron un canto a la lucha intergeneracional: «Todos juntos tenemos algo que no nos pueden quitar; la lucha por la justicia social nos da fuerza y energía. No queremos caer en la indiferencia ni en el individualismo, esto es lo que da sentido a nuestra vida».
Donostiako Piratak tiene claro que en la lucha de estos pensionistas se juega el futuro de las generaciones jóvenes, y de ahí el agradecimiento. A los mayores les tomaron el relevo voces más juveniles para recordar en qué consiste el modelo festivo con epicentro en el puerto. «Queremos una ciudad libre, rebelde y traviesa. Por eso este año también vamos a abordar Donostia».
Ezkila Kapitaina subrayó que su programa es amplio y paritario. «Aunque no todos estemos, hacemos las fiestas para todos». Destacó el impulso al euskara y al feminismo. Y nadie se olvidó del drama que vive Gaza: «Stop genozidioa, gora Palestina libre!», fue el grito coreado por toda la Flamenka. Los pensionistas también cargaron contra «la crueldad del Estado sionista: la historia os juzgará».
Luego el cohete rasgó un cielo que amenazaba galerna, con el viento soplando cada vez más fuerte, y la algarabía se desató, entre gritos de «Pensionistak aurrera!».
SIN NOVEDADES CON LOS FUEGOS
Las prefiestas siempre traen consigo sus polémicas y debates, y en esta ocasión lo más comentado está siendo la petición de un abogado a la Fiscalía de que se suspendan cautelarmente los fuegos artificiales por incumplimiento de la Ley de Bienestar Animal. El alcalde, Eneko Goia, explicó que no hay novedad alguna al respecto pero que le parecería «una pasada» que se adoptara alguna prohibición, y más aún cuando los fuegos artificiales se lanzan por igual en otras muchas ciudades vascas, por lo que sentaría un precedente generalizable.

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