Los aranceles de Trump para China ya han bajado de 145% a 30%
La negociación sobre aranceles entre EEUU y China sigue en marcha tras la pausa de última hora anunciada por Washington, mediante nueva prórroga de 90 días. De momento, los aranceles fijados por Donald Trump al gigante asiático han bajado del 145% al 30% desde la primera amenaza del presidente estadounidense.

China y EEUU han acordado prorrogar otros 90 días la tregua arancelaria tras las negociaciones que mantuvieron sus equipos negociadores en Ginebra, Londres y Estocolmo durante los últimos meses.
Las dos potencias siguen negociando para llegar un acuerdo sobre unos aranceles que, con la nueva pausa, quedan en el 30% por parte de EEUU a los bienes chinos -de ellos, 20% a cuenta del fentanilo- y del 10% por la de China a los estadounidenses.
No obstante, EEUU impuso antes del envite actual gravámenes a ciertos productos chinos que todavía siguen vigentes, como el del 100% a los vehículos eléctricos o el del 50% a los paneles solares. Estos son los principales escollos a los que se enfrentan ambos para lograr un acuerdo estable.
EL DESEQUILIBRIO COMERCIAL
Donald Trump y varios miembros de su Administración han reiterado que China debe aumentar la compra de productos de su país para reducir el enorme déficit comercial bilateral, que en 2024 ascendió a 295.400 millones de dólares a favor del gigante asiático.
Aunque Pekín ha prometido estar dispuesto a abrir más su mercado a los bienes estadounidenses, también ha incidido en que su demanda interna, debilitada con una economía tocada por la crisis inmobiliaria, no puede «ajustarse desde el exterior».
En ese sentido, Trump instó el domingo a China a que cuadruplique sus compras de soja, algo que algunos analistas interpretaron como una condición para extender la tregua.
SOBRECAPACIDAD Y SUBSIDIOS
EEUU acusa a China de sobrecapacidad y de competencia desleal por los «subsidios masivos» que otorga a industrias como las de vehículos eléctricos o energías renovables, mientras que Pekín tilda a Washington de «proteccionista» por tomar medidas punitivas utilizando «pretextos» como el de la seguridad nacional.
EEUU también denuncia que China inunda los mercados con productos «artificialmente baratos» por la excesiva inversión de sus empresas, problema agravado por el apoyo gubernamental a sectores industriales específicos.
Pekín responde a las críticas asegurando que Washington debe abordar la cuestión de su capacidad productiva «desde una perspectiva global y orientada al mercado», y ha pedido a EEUU que no politice las cuestiones comerciales.
Además, avisa de que las subidas arancelarias repercutirán en un aumento de precio de los bienes chinos en EEUU, pero también en terceros mercados dependientes de componentes o materias primas provenientes de ambas economías.
EL DESEQUILIBRIO COMERCIAL
Washington llegó a imponer aranceles del 145% a los productos chinos, mientras que Pekín elevó al 125% los suyos sobre los estadounidenses, un embargo comercial de facto entre las dos potencias que llegó a amenazar con convulsionar las cadenas de suministro y los mercados.
Tras una primera reunión en Ginebra en mayo, que se saldó con una pausa arancelaria, y una llamada entre Trump y su homólogo, Xi Jinping, ambos países dieron pasos para aliviar tensiones.
China, que controla cerca del 70% de la producción mundial de las tierras raras, esenciales para sectores como la automoción, la electrónica y la defensa, prometió en Londres agilizar las licencias para su exportación a EEUU, que levantó algunos controles a la exportación de chip.
No obstante, persisten las preocupaciones de EEUU sobre el espionaje industrial, el robo de propiedad intelectual y la seguridad de infraestructuras críticas, que dificultan un acuerdo más amplio.
EL PETRÓLEO RUSO
En los últimos días también ha entrado en escena una hipotética sanción a Pekín por importar petróleo de Rusia ante la negativa del Kremlin a detener la guerra en Ucrania, algo que haría descarrilar las negociaciones.
China defiende su derecho a mantener relaciones normales con el resto de sus socios comerciales y rechaza la presión de Trump, que el viernes se reunirá con Putin.
LA CUESTIÓN DEL FENTANILO
Trump ha hecho del combate al fentanilo una de sus grandes bandera e impuso aranceles del 20% a China por sus «políticas laxas» respecto al tráfico de esta droga y sus precursores.
El gigante asiático insiste en que la crisis del fentanilo en EEUU es «responsabilidad» de ese país, y señala que los gravámenes impuestos supusieron un revés para el diálogo y la cooperación sobre narcóticos.

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