Control Z, la iniciativa que propone una «desescalada digital»
Un total de 16 asociaciones en el Estado español apoyan la plataforma que busca combatir un problema de salud pública que tachan de «gravísimo» entre los jóvenes y que los gobiernos «no atienden». Alertan de problemas con el neurodesarrollo y aumento de patologías como ansiedad y depresión, y apuestan por una «desescalada digital» ante el riesgo de la hiperconexión.

No es ninguna novedad que dedicamos más tiempo a los dispositivos digitales que a nuestros seres queridos. Tampoco lo es que la mayoría de la gente invierte mucho tiempo de su vida viendo pantallas, pequeñas o grandes. Pero lo que sí está comenzando a haber es evidencias científicas del impacto negativo de esta revolución tecnológica, sobre todo en niños y adolescentes.
Por ese motivo, asociaciones de médicos, pediatras, psiquiatras y organizaciones de la sociedad civil del Estado español, con la colaboración de las grandes cadenas de TV, han lanzado la Plataforma Control Z. Su nombre refiere a la marcha atrás que significa esa conjugación de teclas (Ctrl+Z) al pulsarlas a la vez. No es solo un juego de palabras metafórico: la iniciativa impulsa una «desescalada digital».
La iniciativa la lidera Mar España, exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos durante una década y autora del libro “Así se somete a una sociedad” (Ed Roca, 2024), en el que relata experiencias lidiando con las grandes multinacionales tecnológicas. Desde la plataforma Control Z, aboga por medidas para sensibilizar tanto a familias como a gobiernos sobre la hiperconexión digital y visibilizar las acciones de las entidades médicas y sus informes.
MODO DESESCALADA
«Esta es la primera vez que los expertos se unen para hablar del grave problema de la hiperconexión digital en la salud pública, que los gobiernos no están atendiendo. Y estamos en un momento crítico, no podemos esperar», enfatiza Mar España en conversación con GARA.
Con firmeza, alerta que esas empresas «usan patrones adictivos y psicologizados para engancharnos el mayor tiempo posible». Cita que está probado que hasta los 16 años los jóvenes no deberían tener acceso a las redes sociales porque es letal para el neurodesarrollo. «A veces hay que retroceder para avanzar, necesitamos una desescalada digital», dice..
En concreto, Mar España explica que Control Z es una plataforma que nace de la voluntad de 16 organizaciones vinculadas a la salud digital -desde científicas a entidades de la sociedad civil o de medios de comunicación- y que «ahora buscan una sola voz para alertar a las familias por el uso excesivo de la tecnología o por su uso precoz». Entre esas entidades están la Asociación Española de Pediatría, la Asociación de Psiquiatría Infantil, la Asociación de Neurología y la Sociedad Española de Psicología Clínica Infantil y Juvenil, entre otras.
Uno de los «pilares», como los llama, es el apoyo en la difusión de medios de comunicación aliados: RTVE, Mediaset y Atresmedia «se han adherido y gratuitamente van a dar difusión a las iniciativas que se desarrollen», avanza. Y otra baza son las asociaciones de la sociedad civil como Movimiento Off, Cyber Guardian y Fundación Anar, entre otras.
«Queremos sensibilizar y concienciar a las familias. Así como ahora todos saben que el tabaco y el alcohol producen daños y las tabacaleras están obligadas a advertir que fumar mata, ahora mismo se están vendiendo dispositivos digitales que pueden generar una adicción. Control Z no está en contra de la tecnología, pero queremos defender un uso adecuado. No se puede hablar de uso responsable en un adolescente porque no es un cerebro maduro. El corte prefrontal, lo que nos define a los seres humanos, se acaba de desarrollar a los 25», explica.
En ese sentido, añade que la etapa de máxima plasticidad en el cerebro son los primeros años de vida y la adolescencia: «La industria de internet lo sabe y por eso tienen contratados no solo a abogados para defenderse de los reguladores, sino a expertos en captología, en neurodatos y neuromarketing. Y saben que si consiguen hacer cautivo a un chaval será mucho más fácil ir moldeando su personalidad de acuerdo al consumo de la industria, a diferencia de un menor que sí haya sido protegido por su familia. Es importante que el sistema educativo adecúe sus pautas a lo que dicen las asociaciones médicas».
Desde Control Z difunden que las asociaciones pediátricas han actualizado sus recomendaciones y que ahora sugieren que no haya ningún tipo de contacto con pantallas hasta que los menores cumplan 6 años y que solo una hora máxima al día hasta los 12. «Con la pandemia el sistema educativo se hiperdigitalizó y luego no hubo una marcha atrás. En las comunidades autónomas donde se prohibieron los móviles se ha comprobado una disminución del ciberacoso y una mejora en varios indicadores», afirma.
Mar España apunta a que el suicidio ya se ha convertido «en la mayor causa de muerte en la población juvenil» y que el consumo de redes «aumenta comportamientos autolíticos, depresión y ansiedad». «Igual que se les da a los menores acompañamiento teórico sobre actividades sexuales, hay que hacerlo con esto, es hacer valer su derecho a un neurodesarrollo sano», añade.
Pero ¿de qué se trata la propuesta de desescalada digital? Según Mar España, se parte de que todos estamos «hiperpantallados», sobre todo «si se vive en una gran ciudad, hiperestimulado con bombardeos de imágenes y luces todo el tiempo». Y eso lleva a un «agotamiento de la energía del cerebro porque el sistema nervioso no logra descansar».
«Igual que hay espacios libres de humo, hay que consensuar espacios libres de pantallas. Los chavales deben volver a las aulas de informática de antes. Está demostrado que la generación joven es la que se siente más sola. Con menos conexión, las relaciones sociales mejoran», recalca la exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos.
PATRONES ADICTIVOS
La experiencia de Mar España en su trabajo de cara a las grandes tecnológicas invita a preguntarle por esa labor en la sombra que han hecho para conseguir algoritmos sofisticados que les benefician con patrones adictivos.
«La base de todo esto es el cambio en el modelo de publicidad. Antes el mensaje era el mismo para toda la población, ya no se incide tanto en las ventas del producto sino como transmitirlo según la ideología del consumidor y adaptando el mensaje al perfil emocional del consumidor. Trump, por ejemplo, llegó a mandar 180.000 mensajes diferentes sobre el mismo tema en su última campaña. Es una formula matemática sencilla, buscan mayor tiempo de conexión de la gente y el mayor número de personas que aportemos la red social. Y como funcionamos con el patrón de recompensa, se han inventado los likes, el scroll infinito y los cortos sencillos de lo que te gusta. Ellos saben que están perjudicando la memoria, la capacidad de atención y hasta la salud física, con más obesidad y miopía», sentencia Mar España.
Una preocupación global que crece
En varios países se están considerando o implementando restricciones en el acceso a redes sociales para menores de edad, especialmente en el caso de personas menores de 16 años. Australia fue el primer país en establecer una prohibición para esa edad, haciendo a las empresas responsables de hacer cumplir la medida. En el Estado francés, la legislación impide a menores de 15 años crear perfiles en redes sociales, mientras que otros Estados están considerando medidas similares o ya han establecido algunos límites.
Precisamente, a iniciativa de los Estados francés y español y de Grecia, la Unión Europea está estudiando establecer una edad mínima común para acceder a plataformas digitales, así como crear herramientas de verificación de edad y control parental obligatorias en todos los dispositivos conectados. En junio, durante el Consejo de Ministros de Telecomunicaciones celebrado en Luxemburgo, representantes de al menos doce Estados miembro respaldaron la propuesta de reforzar las barreras digitales frente a los riesgos que enfrentan los menores: la desinformación, el acoso, el acceso sin control a pornografía y los efectos negativos del contenido adictivo impulsado por algoritmos, entre otros..
En Euskal Herria diferentes colectivos han alertado de los problemas que genera esa hiperconectividad en la juventud. Por ejemplo, Altxa Burua ha advertido reiteradamente de la necesidad de crear el marco jurídico necesario para que las escuelas se conviertan en un espacio sin móvil. En diciembre, presentó 20.000 firmas en el Parlamento de Gasteiz. «En las reuniones que hemos mantenido, el Departamento de Educación no nos ha dado argumentos sólidos para no crear el decreto», destacó la plataforma. GARA

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