Israel emitió una «advertencia final» instando a Hamas a rendirse y liberar a los prisioneros o enfrentarse a la aniquilación, tras una amenaza similar lanzada la víspera por el presidente estadounidense, Donald Trump.

«Esta es una advertencia final para los asesinos y violadores de Hamas en Gaza y en los hoteles de lujo del extranjero: liberen a los rehenes y depongan las armas, o Gaza será destruida y ustedes serán aniquilados», declaró el ministro de Defensa, Israel Katz.

«Hoy, un huracán devastador azotará los cielos de la ciudad de Gaza y los tejados de las torres terroristas se estremecerán. El Ejército se prepara para expandir sus operaciones y conquistar Gaza», agregó.

El ultimátum apenas añade nada nuevo a lo que ya sucede en el territorio palestino, arrasado durante casi dos años y donde el Ejército israelí está destruyendo las últimas infraestructuras en Ciudad de Gaza.

Pese a ello, también Trump lanzó su «ultimátum». «Los israelíes han aceptado mis condiciones. Es hora de que Hamas también las acepte. Le he advertido de las consecuencias si se niega. ¡Esta es mi advertencia final, no habrá otra!», escribió el presidente de EEUU en su red Truth Social el domingo.

La Casa Blanca no proporcionó detalles sobre estas condiciones, pero, según el sitio web de noticias Axios, el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, comunicó la semana pasada a Hamas una nueva propuesta para un acuerdo integral sobre prisioneros y un alto el fuego, a través de un activista por la paz israelí.

Hamas confirmó haber recibido, a través de mediadores, algunas ideas de los estadounidenses para lograr un alto el fuego. A la vez, afirmó su disposición a sentarse inmediatamente en la mesa de negociaciones para discutir la liberación de todos los prisioneros a cambio de una declaración clara del fin de la guerra, la retirada israelí completa de la Franja de Gaza y la formación de un comité palestino independiente para gestionar el territorio.

Hasta ahora, cada propuesta de alto el fuego ha chocado con la determinación israelí de continuar con el genocidio. Si en un principio dilataba sus respuestas a las ofertas de tregua y cambiaba las condiciones, en los últimos meses ya no oculta su intención de mantener las matanzas y completar el objetivo de la limpieza étnica, expulsando de Gaza a su población.

El planteamiento estadounidense parece acompañar esta táctica, según la reacción de Hamas, que ayer acusó al Gobierno de Trump de utilizar las conversaciones de alto el fuego para justificar la nueva operación militar de Israel.

Basem Naim, miembro del buró político de la formación palestina, subrayó que «el objetivo principal de las ideas estadounidenses es llegar a un rechazo de la oferta, no a un acuerdo que conduzca al cese de la guerra. Las ideas estadounidenses hablan de entregar a todos los prisioneros el primer día y desarmar a la resistencia sin mencionar la reconstrucción de la Franja de Gaza».

Según una fuente de seguridad egipcia, Trump propuso paralizar el asalto israelí a la ciudad de Gaza y que él «supervise personalmente» unas negociaciones para el fin de la ofensiva israelí a cambio de la liberación inmediata de todos los prisioneros.

También plantea la excarcelación de entre 2.500 y 3.000 palestinos en las prisiones de Israel y el inicio, tras el alto el fuego, de «negociaciones para poner fin a la guerra bajo supervisión personal de Trump».

DESTRUCCIÓN DE LOS SERVICIOS DE CIUDAD DE GAZA

Las últimas amenazas de Israel y EEUU van acompañadas de la intensificación de las operaciones militares en Ciudad de Gaza y sus alrededores, que el Ejército israelí afirma ocupar ya en un 40%.

Las fuerzas sionistas destruyeron otra torre de viviendas tras iniciar el viernes una campaña de ataques contra estos inmuebles residenciales y comerciales, columna vertebral de los servicios y la vida de la ciudad.

En el último caso, el edificio albergaba clínicas, centros de estudio, salones de belleza, cafeterías, restaurantes y oficinas. Solo quedan polvo y escombros. Todo comienza con una llamada telefónica que provoca el pánico y apenas da tiempo a los residentes para huir. En la calle, a distancia, observan las explosiones que, una tras otra, reducen a cenizas todo lo que han construido en su vida.

La potencia de estas explosiones es tal que algunos palestinos pudieron sentirlas desde Ramallah, en la Cisjordania ocupada.

«Todo esto es solo una introducción, un preludio, a la poderosa operación principal: una maniobra terrestre de nuestras fuerzas, que ahora mismo están organizándose y reuniéndose, sobre la ciudad de Gaza», amenazó Netanyahu en un nuevo vídeo.

«Os hemos avisado, ¡salid de ahí!», añadió en un mensaje en el que aseguró que el Ejército ha destruido 50 torres en los dos últimos días.

La Autoridad de Radiodifusión de Israel citó a un alto oficial del Ejército israelí que avanzó que Ciudad de Gaza sufriría ayer un bombardeo sin precedentes.

Desde el amanecer hasta primeras horas de la noche había matado ya al menos a 52 personas más, 32 de ellas en la ciudad de Gaza. La Defensa Civil informó de la destrucción de cinco torres en los que había un total de 209 viviendas en las últimas 72 horas. Más de 4.100 mujeres, niños y ancianos se han quedado sin hogar como consecuencia de estas demoliciones.

La aviación israelí causó también al menos veinte muertos en el bombardeo en Jan Yunis -en el sur de la Franja y a donde Israel quiere obligar a desplazarse a la población de Ciudad de Gaza-, así como en Deir al-Balah, en el centro del enclave palestino.

CUATRO SOLDADOS ISRAELÍES MUERTOS

Por otro lado, cuatro militares israelíes murieron en un ataque de milicianos palestinos en Yabalia, en el norte de la Franja, poco después de que las tropas volvieran a su campamento tras una serie de operaciones nocturnas, según el Ejército.

Los milicianos se acercaron a un carro de combate y dispararon contra el comandante del vehículo, que asomaba la cabeza desde su interior. Después lanzaron un explosivo dentro del carro de combate.

Con estas son 903 las muertes de militares israelíes desde el inicio de la ofensiva sobre Gaza.

Sánchez habla abiertamente de genocidio al anunciar medidas

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció nueve medidas contra Israel, hablando abiertamente del genocidio en Gaza y del exterminio del pueblo palestino. Las medidas hacen especial hincapié en aspectos económicos y en la prohibición de comerciar con armas y munición con Israel, veto que recogerá un real decreto ley que deberá ser convalidado por el Congreso. Los socios de investidura de izquierdas, como EH Bildu, consideraron las medidas tardías e insuficientes, y pidieron ir más allá con otras acciones, como la retirada de la embajadora española en Tel Aviv.

El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, acusó a Sánchez de apoyar «desde hace tiempo a Hamas» y lo relacionó con el atentado en el que ayer murió un español de Melilla en Jerusalén. Su homólogo español, José Manuel Albares, llamó a consultas a la embajadora en Tel Aviv ante las «calumniosas acusaciones hacia España» y las medidas contra las ministras Yolanda Díaz y Sira Rego, a las que Israel sancionó.GARA

Atentado contra colonos en Jerusalén y venganza colectiva en Cisjordania

Al menos seis colonos judíos murieron y varios resultaron heridos -siete de gravedad- en un ataque contra un autobús en una de las entradas a Jerusalén. Un soldado fuera de servicio y un civil armado mataron luego a los atacantes, que habían subido al autobús antes de abrir fuego contra los pasajeros. Además, las autoridades israelíes detuvieron a un ciudadano de Jerusalén Este.

Hamas aplaudió la «heroica operación» llevada a cabo por dos combatientes de la resistencia palestina, «una respuesta natural a los crímenes de la ocupación y a la guerra de exterminio que acomete contra nuestro pueblo». También lo consideró «un claro mensaje de que los planes para ocupar y destruir la ciudad de Gaza y profanar la mezquita de Al-Aqsa no quedarán sin castigo». Yihad Islámica aplaudió igualmente esta «operación cualitativa por parte de dos combatientes de la resistencia (...), una respuesta natural al aumento de las políticas criminales de la entidad israelí». En cambio, la Autoridad Palestina condenó «cualquier ataque contra civiles palestinos e israelíes».

Como respuesta, el Ejército israelí ordenó un «cierre total» en la localidad de Cisjordania de la que provenían los dos atacantes. Las fuerzas israelíes bloquearon carreteras, multiplicaron los controles y atacaron varias ciudades y pueblos, irrumpiendo en viviendas.

En esta operación, el Ejército mató a Islam Majarmeh y Muhammad Maskala, ambos de 14 años, en Jenin, cuando las tropas rodearon a un grupo de ciudadanos que intentaban acceder a sus viviendas para comprobar su estado y recoger pertenencias personales. También resultaron heridos de bala una niña de 12 años y dos jóvenes de 17 y 22. Igualmente, arrestaron a varios residentes y los trasladaron a un cuartel militar, además de incendiar una casa.

Las redadas del Ejército y los ataques de colonos contra palestinos -constantes durante décadas- se han vuelto más frecuentes y violentos desde el 7 de octubre de 2023. Han matado ya al menos a 905 personas, 181 de ellas menores. Controles militares, desplazamientos forzados, pogromos, y la destrucción de la economía palestina intentan hacer imposible la vida en Cisjordania.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, reclamó que los pueblos de donde proceden los atacantes se parezcan a Rafah y Beit Hanoun, dos ciudades arrasadas en Gaza, y varios ministros más pidieron la deportación de las familias de los «terroristas».GARA