El sur de Gaza, al borde del colapso tras la llegada de más desplazados
Al menos un millón de personas sobreviven hacinadas entre Al Mawasi y Jan Yunis, las zonas designadas por Israel como «seguras» pero que son bombardeadas constantemente. En estas áreas carecen de todo: agua, alimentos, refugios, hospitales y electricidad. Mientras tanto, la ofensiva israelí se recrudece en la capital, empujando a más civiles hacia un sur ya desbordado.

Las autoridades gazatíes estiman que en torno a un millón de personas se hacinan en Mawasi y Jan Yunis, en el sur del enclave y hacia donde el Ejército israelí ha dirigido las evacuaciones forzosas desde todo el enclave palestino, especialmente desde la Ciudad de Gaza, donde continúa la ofensiva.
Mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sigue calculando la cifra de desplazados en todos los campamentos del sur, el comunicado de ayer del Ejecutivo gazatí adelantó que la zona de Al Mawasi «actualmente alberga aproximadamente un millón de personas».
La población de Gaza se refiere comúnmente como Mawasi a toda la franja costera en la que se hacinan los refugiados, tanto la zona de Mawasi en sí misma como a las playas de Jan Yunis, algo más al norte, y las de Deir al Balah, ya en el centro del enclave.
En este aspecto, el Gobierno gazatí denunció que, aunque Israel ha calificado las playas entre Mawasi y Jan Yunis como una «zona humanitaria», las ha bombardeado en más de 110 ocasiones y allí han muerto unas 2.000 personas por ataques israelíes.
De hecho, el viernes, dos niños de 10 y 6 años murieron tras un bombardeo del Ejército de Israel contra una tienda de campaña en Mawasi, según confirmó a la agencia Efe el jefe de pediatría del Hospital Nasser (que recibió los cuerpos), Ahmed Al Farra.
«Estas zonas carecen por completo de los artículos de primera necesidad. No hay hospitales, infraestructura ni servicios esenciales como agua, alimentos, refugio, electricidad ni educación, lo que hace casi imposible vivir allí», denunció el comunicado.
Las playas de Al Mawasi y Jan Yunis, que ya estaban desbordadas de refugiados desde hace meses, observan ahora la llegada de miles de palestinos que huyen de la capital del enclave tras la operación israelí. Sin embargo, muchos gazatíes denuncian no poder encontrar sitio para plantar sus tiendas de campaña, por lo que Israel designó también la costa de Deir al Balah como una «zona segura» (pero no humanitaria) a la que la población palestina podía desplazarse.
En junio, la ONU estimaba que en Mawasi había más de 425.000 palestinos desplazados. La zona mide unos 14 kilómetros de largo y uno de ancho. Según Naciones Unidas, entonces la densidad de población allí era de unas 47.700 personas por kilómetro cuadrado. «Antes de la guerra, Gaza ya era una de las áreas más densamente pobladas del mundo con unas 5.500 personas por kilómetro cuadrado», recoge un informe de Naciones Unidas publicado en junio.
CONTINÚA LA OFENSIVA
El Ejército israelí continuó ayer con los intensos bombardeos sobre la Ciudad de Gaza, donde advirtió que usará «una fuerza sin precedentes» con el objetivo de extender su operación terrestre con la que pretende desplazar a la población de la capital hacia el sur.
Desde primera hora de la mañana de ayer, el servicio de emergencias de la Defensa Civil de Gaza denunció un recrudecimiento de los bombardeos en la capital, así como tiroteos indiscriminados desde drones de cuatro rotores contra viviendas y la población.
En total, unas 71 personas murieron ayer por ataques del Ejército israelí, la mayoría en Ciudad de Gaza, según el recuento de fallecidos recopilado en las morgues de los hospitales por informadores gazatíes y compartido en una plataforma conjunta.
En concreto, 57 personas murieron en la capital. Unos 27 cadáveres llegaron a la morgue del Hospital Shifa, 28 a la del Hospital Bautista Al Ahli, uno al Jordano (de campaña) y otro al Hospital Quds del barrio de Tal al Hawa. El recuento de los periodistas en las morgues registró también tres muertos en el centro de Gaza y once en el sur.
«Estamos viviendo los momentos más difíciles desde el inicio de la guerra», alertó el Hospital Bautista Al Ahli en un comunicado por la mañana, siendo el único centro aún en funcionamiento, aunque parcial, en el este de la capital gazatí, la zona más próxima a la expansión de las tropas. El centro advirtió que apenas tiene suministros para atender a sus pacientes, así como que la mayoría de médicos en la zona han huido de la capital a raíz de la operación israelí.
ALGUNOS REGRESAN
Frente a estas condiciones extremas, unas 22.000 personas han regresado a la capital tras intentar huir al sur del enclave, según informó ayer el Gobierno de Gaza. El Ejecutivo cifra en unas 270.000 las personas que han abandonado la Ciudad de Gaza desde mediados de agosto, y añade que en la capital quedan unas 900.000 personas en estos momentos.
En un enclave cuya economía permanece congelada, el desplazamiento al sur se ha convertido en un viaje con un precio desorbitado. Gazatíes consultados por Efe aseguraron que el alquiler de una furgoneta para trasladar enseres oscila a precios entre los 600 y los 1.300 dólares y algunas llegan a los 3.000 dólares. Alquilar un terreno en el que plantar la tienda de campaña puede costar unos 500 dólares mensuales, y comprar una tienda puede ascender a 1.000.

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