Ramón SOLA
OSASUNA

Una imprudencia de Rosier agrieta la roca que va creando Lisci

La expulsión del francés en el minuto 40 aboca a Osasuna a una defensa del área que se vino abajo ya con el final muy cerca. Budimir sigue casi infalible en los penaltis y Raúl demuestra que está en racha con dos disparos finales que pudieron dar el 2-2

Rostros serios tras el 0-1, reflejo de que los futbolistas rojillos ya sabían que el partido se había complicado con la expulsión.
Rostros serios tras el 0-1, reflejo de que los futbolistas rojillos ya sabían que el partido se había complicado con la expulsión. (LA OTRA FOTO)

Entre las tareas pendientes tras la era Moreno, Alessio Lisci ha asumido expresamente la de mejorar la puntuación fuera de casa. La asignatura sigue sin aprobarse, con la tercera derrota ayer en Villarreal y dos siguientes salidas muy poco propicias: Cartuja y Metropolitano. Con todo, es indudable que el italiano va gestando un equipo granítico, que hasta el minuto 60 de esta tarde solo había encajado dos goles en siete horas de juego.

Esta vez estuvo a punto de sobrevivir incluso a un error flagrante de uno de los mejores en este arranque de curso: Rosier. Tras una primera amarilla discutible, el pit-bull de Montauban se equivocó al irse al suelo tarde y mal en una internada por su banda y vio la segunda en el minuto 40. Terminó siendo determinante.

El partido había comenzado muy dinámico, con dos ocasiones para cada equipo en los seis primeros minutos. A Osasuna no le convenía el intercambio y bajó las revoluciones al juego. Con un doble pivote más físico que técnico (Thomas-Gueye) y Moleiro desaparecido, los de Marcelino no asustarían ya hasta el minuto 25, con un disparo de Mikautadze y acto seguido una doble ocasión del georgiano y Akhomach, que solventó Herrera. Como suele ser norma en este tipo de partidos de acoso y derribo, el de Miranda fue el mejor.

Sin arriesgar el pase y huérfano de las conducciones del lesionado Aimar, Osasuna no llegó mucho aunque tuvo la más clara en esa periodo inicial. Un pase de Moncayola se lo sirvió de cabeza Budimir a Víctor para el gol, pero el pelirrojo le pegó con la tibia.

PENALTI INESPERADO

La expulsión de Rosier abría otro partido, y en estas llegó un punto de inflexión inesperado en la última jugada previa al descanso. Díaz de Mera, demasiado intervencionista, señaló penalti en otra imprudencia, esta vez de Thomas ante Juan Cruz.

Turno para Budimir, que nunca perdona; más de 90% de efectividad en sus penaltis como rojillo y 0-1 que dejaba espadas en alto. Con todo, la escasa alegria con que celebraron el tanto los navarros ya delató que sabían que lo que se les vendría encima tras el descanso sería muy serio.

Metió más granito Lisci en el intermedio: Herrando por Juan Cruz para blindar la defensa del área y sobre todo Osambela por Rubén. El de Subiza saltaba el césped de un Madrigal en el que hace solo tres años años era un hincha rojillo más. Fue casi un cuarto central por momentos.

El guion estaba claro: Bloque bajísimo, sufrir, no equivocarse... y encomendarse a Herrera, que sacó una mano increíble en el 50 a Pau Navarro. Con el campo volcado hacia el lado rojiillo, Marcelino aplaudía a sus futbolistas, pero no lo vería tan claro cuando hizo los cinco cambios para el minuto 66. Acto seguido, cuando los nervios parecían empezar a hacer mella en los locales, un centro ante el que Herrando se quedó hundido lo llevaba a la red Mikautadze.

Paradójicamente el empate descomprimió un tanto a Osasuna, que volvió a tener algo de balón e incluso rozar otro penalti en un incursión de Raúl. Becker debutó en esa recta final, aunque sin excesiva participación.

Con ese estirón rojillo parecía que había partido pero entonces llegó un gol de churro del Villarreal, en un disparo de Oluwaseyi que tocó en el trasero de un compañero para despistar a Herrera. El típico gol que castiga las áreas sobrepobladas.

Osasuna se repuso a ello de la mano de su ariete suplente, que en siete días se ha reivindicado con decisión ante Lisci. Tuvo el empate Raúl poco después y otra vez ya en el 94 forzando un paradón de Luiz Junior, pero el 2-1 seguramente hizo a un partido desequilibrado por la tarjeta roja. Y ya es el tercero que se les escapa a los navarros fuera de casa, todos por la mínima y con cierta opción de empate. A seguir.