Markel DE BILBAO
GASTEIZ
Entrevista
Fatma Mehdi
Ministra de Cooperación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)

«El pueblo saharaui seguirá luchando con o sin apoyo externo»

Fatma Mehdi Hassam, voz clave del movimiento saharaui, analiza el momento político del Sáhara Occidental y el papel de las mujeres en la lucha. Ante el posible acuerdo entre Argelia y Marruecos previsto para el 30 de octubre, advierte de que ninguna negociación podrá imponerse al derecho a decidir del pueblo saharaui.

Fatma Mehdi durante una charla en Donostia el pasado 21 de octubre.
Fatma Mehdi durante una charla en Donostia el pasado 21 de octubre. (Gorka RUBIO | FOKU)

 Convencida de la futura independencia del Sáhara Occidental, Fatma Mehdi Hassam, ministra de Cooperación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), lleva toda una vida luchando por la causa saharaui y, en especial, por el papel de las mujeres en esa lucha.

La realidad llamó pronto a su puerta. Al igual que muchos otros niños y niñas saharauis, solo tenía siete años, en 1975, cuando tuvo que huir de la ciudad de El Aaiún durante un bombardeo marroquí y se vio obligada a caminar durante días, sin agua ni alimentos, hasta llegar a los campos de refugiados en Tinduf (Argelia).

Antes de asumir su cargo actual, en 2019, Mehdi fue desde 2002 secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS), responsabilidad que desempeñó durante varias décadas. En ese tiempo, su labor se centró en promover la participación política y social de las mujeres saharauis, tanto en los campos de refugiados como en los territorios ocupados y en la diáspora.

Primera mujer en integrarse formalmente en la delegación negociadora del Frente Polisario ante Marruecos, reitera su firme rechazo a las injerencias externas en el proceso de autodeterminación del Sáhara Occidental y recalca que «será el pueblo saharaui el encargado de decidir su propio futuro».

Ahora que un acuerdo previsto, para el 30 de octubre entre Argelia y Marruecos, dirigido al posible reconocimiento del Sáhara como parte del Reino de Marruecos, parece inminente, Fatma Mehdi Hassam valora para GARA la actual tesitura en la que se encuentra el Sáhara Occidental y su futuro.

¿Cuál es el día a día en un campo de refugiados?

Es una situación muy complicada. Son ya 50 años viviendo en condiciones muy duras, con muchos retos y carencias. El día a día es agotador, sobre todo por la falta de recursos. Una mujer saharaui se levanta temprano para llevar a los niños al colegio, luego trae agua, prepara la comida, trabaja... y todo esto de forma voluntaria, porque el trabajo que se realiza en los campamentos no tiene beneficio económico. Las ayudas internacionales solo cubren lo básico, así que cada persona debe buscar cómo completar lo que falta.

Mencionaba el papel de la mujer…

Sí, las mujeres desempeñan un papel fundamental. Desde el comienzo del conflicto, los hombres han estado fuera: primero por la guerra y luego por la necesidad de mantener las zonas liberadas. Desde 2020, con el reinicio del conflicto, muchos han vuelto a luchar, lo que ha dejado a las mujeres con una gran responsabilidad. Ellas son las que hacen funcionar las instituciones políticas, sociales y culturales.

Siempre decimos que la lucha de las mujeres es triple: por el país, por su familia y por ellas mismas. Pero la falta de recursos y de atención a las cuestiones de género hace que su lucha quede en un segundo plano. Las agencias internacionales, como Naciones Unidas, siguen tratando nuestra situación como una ‘emergencia humanitaria’ después de 50 años, sin pensar en una reconstrucción estratégica a largo plazo.

¿Es una lucha añadida a la de la liberación nacional?

Exacto. Las mujeres han sido valientes porque han asumido todas las responsabilidades, incluso la suya propia como mujeres. En muchos procesos de liberación se prioriza la lucha nacional y se deja la de las mujeres ‘para después’, pero eso nunca ha funcionado.

Las saharauis hemos sido pioneras en combinar las dos luchas: la nacional y la de género. Nuestro proyecto nacional no es solo la independencia del Sáhara, sino también construir un Estado basado en los derechos humanos y la igualdad.

Nuestro lema es “La autodeterminación del pueblo significa también la autodeterminación de las mujeres”. Ambas luchas van unidas, porque un Estado independiente necesita mujeres preparadas y una sociedad igualitaria.

¿Se está olvidando el conflicto del Sáhara a nivel internacional?

Sí, totalmente. Hemos sufrido marginación durante todo el proceso. Solo se nos menciona cuando hay algún interés de por medio, sobre todo por parte de España, que fue parte del problema y debería ser también parte de la solución. A nivel social hay mucha solidaridad, especialmente desde el País Vasco, Canarias o Asturias. Pero el Gobierno español actual tiene una posición muy clara a favor de Marruecos, reconociendo la autonomía como única vía, cuando sabe perfectamente que eso no es real.

¿Qué aliados tiene actualmente la RASD?

Nuestro principal aliado es Argelia. Estados Unidos también intenta ahora mejorar su relación con Argelia por motivos económicos y estratégicos. La cercanía de Rusia y Argelia les preocupa. Pero hay que aclarar que el conflicto entre Marruecos y Argelia no tiene que ver con el Sáhara, aunque Marruecos lo intente hacer ver así. El presidente argelino lo dijo muy claro hace poco: el problema no es el Sáhara. El tráfico de drogas o el comercio ilícito que se da en la frontera tienen más importancia en su relación.

¿Cree que las recientes protestas en Marruecos pueden tener alguna influencia en el régimen o en su posición respecto al Sáhara?

Tal vez de forma indirecta, pero el pueblo marroquí también vive en condiciones muy duras. No tienen acceso a la salud ni a la educación, mientras el Gobierno gasta en infraestructuras para el Mundial que pretenden celebrar en 2030. Las reivindicaciones son básicas y el sistema reprime cualquier intento de cambio. Además, desde los Acuerdos de Abraham, Marruecos tiene el apoyo de Israel, lo que le da más poder, pero también lo aísla en la región.

¿Qué opina sobre el posible acuerdo entre Marruecos y Argelia previsto para el 30 de octubre?

Esa fecha coincide con el momento en que Naciones Unidas evalúa la situación del Sáhara y renueva el mandato de la Minurso. Estados Unidos suele preparar los borradores de resolución, pero una solución impuesta no servirá. El Frente Polisario presentó también su propuesta el 20 de octubre, que incluye tres opciones: ser marroquí, tener autonomía o la independencia. Marruecos no acepta la independencia ni el referéndum. Pero nuestra propuesta busca una solución democrática, en la que sea el pueblo saharaui quien decida.

¿Qué le espera al pueblo saharaui?

Lo que decidan potencias como Estados Unidos no cambiará nuestra determinación. El pueblo saharaui seguirá luchando con o sin apoyo externo. Marruecos puede intentar presionar más en el plano militar, pero eso no resolverá el conflicto. El régimen marroquí está debilitado, el rey apenas aparece y el país vive una crisis profunda. El tema del Sáhara lo utilizan siempre para tapar sus propios problemas internos.