Joseba ITURRIA
Entrevista
Mikel LABAKA
EX JUGADOR DE REAL SOCIEDAD Y RAYO VALLECANO

«Mi homenaje debe ser un reconocimiento al Lagun Onak»

Mikel Labaka se mostró agradecido tras el reconocimiento que recibió ayer en Azpeitia de todos los que se acercaron a Garmendipe a pesar de la climatología adversa. Trasmitió especialmente su gratitud al Lagun Onak por organizar el homenaje y quiso dedicar el éxito de la jornada al club que le formó como jugador, al tiempo que agradeció a Real Sociedad y Rayo Vallecano por disputar el partido amistoso.

El día de ayer rompió la rutina de Mikel Labaka desde su retirada, centrada en formarse y estar con su compañera Saioa y sus dos hijas Irati (4 años) y Ane (18 meses) en Azpeitia, donde siempre ha querido vivir con su gente. En su entrevista a GARA se siente un privilegiado por haber sido futbolista, le molesta la vitola de comprometido con su sociedad por posicionarse como pocos futbolistas lo hacen y se va agradecido porque su forma de ser le ha llevado a ser reconocido allá donde ha estado, como se demostró ayer en Azpeitia.

¿Cómo surge y cómo ha vivido la organización de este homenaje?

Me he enterado del partido y de todo cuando estaba bastante avanzado. La idea parte del Lagun Onak y cuando me dijeron algo ya se habían puesto en contacto con el Rayo y la Real. Estaba todo medio organizado. Para mí, a parte de que me haga ilusión que en Azpeitia jueguen Real y Rayo por todo lo que significa, me incomoda, me da un poco de vergüenza. Al final fuera del fútbol ves cómo está la sociedad, los problemas que hay en Azpeitia, con talleres que cierran... Y que en medio de esto te hagan un homenaje me incomoda. Soy consciente de la repercusión que tiene el fútbol y, aunque es bonito, no deja de surgirme una contradicción de si es merecido o no...

¿No entiende que es un reconocimiento a su trayectoria?

En el trabajo siempre me he sentido reconocido con cada aplauso o elogio que he recibido. El fútbol lo bueno que tiene es el reconocimiento diario, aunque haya críticas y hay que asumirlas. Me he sentido reconocido como persona y que tras dejar el fútbol mucha gente que han sido compañeros sigan como parte de mi vida es el mejor reconocimiento.

¿Compensa esto no haberse podido despedir en Anoeta cuando acabó su etapa en la Real?

Es difícil, muy pocos jugadores eligen cómo despedirse de su afición en su campo. Se tienen que dar las circunstancias concretas, pero incluso en ese sentido me siento privilegiado porque al salir tuve la oportunidad de dar la rueda de prensa en Zubieta, con el Rayo jugué en Anoeta con la Real y ese reconocimiento también lo he tenido en este homenaje con todos los compañeros con los que he coincidido. La mayoría hubiese querido tener la despedida que he tenido. Me siento halagado.

Además también tiene su encanto que sea en su pueblo...

He salido del Lagun Onak. Soy capaz de vivir fuera de Azpeitia, pero estoy cómodo aquí y es bonito que al final de mi carrera el partido haya sido en mi pueblo y además debe ser un reconocimiento al Lagun Onak, a toda la gente que he conocido, a los que trabajan duro en el club sin ninguna compensación económica. Simplemente porque creen que ayudar a los futbolistas en el pueblo es ayudar a Azpeitia. Es gente que nunca va a tener un reconocimiento público. Las carreras de los que hemos tenido la suerte de jugar en Primera o en otros clubes han sido gracias a la gente que trabaja en la base y más en una provincia como Gipuzkoa y en un club como la Real. A esa gente de la base hay que mimarla más que a la de arriba.

Además en Azpeitia y en el Lagun Onak se trabaja especialmente bien como demuestran los jugadores que han salido de aquí y las categorías que tiene el club...

Desconozco cómo se trabaja en otro sitios y no puedo compararlo con lo que he visto en Azpeitia. Pero en el Lagun Onak, en Ikasberri, el trabajo que se hace es muy importante, se trabaja muy bien con los niños y las niñas. Se trabajan los valores y eso te hace sacar los jugadores. A esas edades no hay que trabajar solo lo táctico y lo técnico, se trabajan otras cosas.

Siempre ha vivido en Azpeitia, salvo en su etapa en Murcia y en Madrid, sin dejar de hacer lo mismo que una persona normal...

Incluso para rendir como futbolista en el campo siempre ha sido importante para mí tener las bases asentadas. Nunca he sido una persona de estar las 24 horas pensando en el fútbol. Todo el entorno mío está en Azpeitia, mis amigos, mi cuadrilla, y estar cerca de ellos te mantiene más cerca de la realidad. Y es un punto que siempre me ha ayudado, nunca me he querido alejar. En Murcia y Madrid me he sentido bien, pero cuando jugaba en la Real y en el Real Unión preferí seguir viviendo en Azpeitia porque a parte de jugar a fútbol quería hacer otras cosas y estar cerca de otras realidades.

¿Eso le ha llevado a comprometerse y posicionarse con reivindicaciones de su sociedad, aunque eso supone tener problemas?

Problemas sí que los he tenido, pero tampoco me ha gustado nunca ponerme la etiqueta de comprometido y menos en Euskal Herria, donde hay circunstancias de todo tipo y ha habido gente que ha dado la vida por algunas causas. Por eso ponerme la etiqueta de comprometido me da hasta vergüenza, pero antes de futbolista soy persona y siempre he pensado y sigo pensando que todo el mundo debe aportar desde donde está. Me ha tocado ser futbolista y he aportado mi granito de arena sabiendo que como futbolista cuando dices o haces algo tiene más repercusión. A algunos les habrá gustado, a otros les habrá molestado. Me ha dado algún problema, pero no he tenido problemas de conciencia. Cada uno debe aportar desde donde está. No he hecho nada más.

¿Esa actitud no es lo normal en el mundo del fútbol profesional, los jugadores intentan no hacer nada que pueda perjudicarles?

Es una realidad. Existen muchos intereses de por medio y, aunque no está prohibido, depende de lo que opines, si te sales del guión, molestas. Pero no solo en el fútbol, pasará en las fábricas y en la sociedad. Si te sales de lo «correcto» parece que haces algo mal, cuando creo que no.

Eso no le ha planteado problemas nunca con los compañeros...

Siempre he intentado mostrarme como soy y he tenido compañeros y sigo teniéndolos que opinan muy distintamente que yo. No quita una cosa para la otra en la relación con compañeros fuera del campo. No por eso tienes que esconderte, sabemos los tabús que puede haber en Madrid y Murcia con el tema de Euskal Herria y de los vascos, pero tampoco debemos avergonzarnos por ser lo que somos.

También se ha ganado la simpatía de compañeros y entrenadores por primar lo colectivo en un deporte en el que la propia competitividad casi lleva al egoísmo...

En el deporte y fuera del deporte cada uno por inercia siempre tiene ese punto de egoísmo. Yo siempre he tenido claro que jugando en Primera o Segunda o en Segunda B he tenido la suerte de hacer una cosa que me ha gustado y me he sentido un privilegiado. Por los valores que me han trasmitido en casa, he asumido el fútbol como un trabajo colectivo. Cuando eres parte de un equipo, de un club, tienes que asumir que lo que prima es el equipo. Al final, quieras o no, a mí también hay días que me sale el egoísmo. Pero es la mejor manera de actuar. Cada uno tiene que saber que pensar en lo colectivo es lo mejor que puede hacer, incluso hasta mirándolo egoístamente. Igual a corto plazo no, pero a la larga lo que mejor resultado te da es ser compañero y entender que es un trabajo de equipo.

Porque cuando no le ha tocado jugar su actitud ha sido ejemplar y eso lo han valorado todos los entrenadores que ha tenido...

He tenido épocas en las que no he jugado y siempre he intentado aportar al grupo, a parte de jugando. Nunca he valorado a los entrenadores dependiendo de los minutos que me han dado. Hay algunos que considero que son buenos y no me ponían, seguramente por eso, porque eran buenos -bromea-. A parte de lo deportivo valoran lo humano. He tenido entrenadores de todo tipo y he intentado aprender de todos. Es verdad que depende de la época en la que te pille un entrenador te marca más o menos...

¿Qué entrenadores le han marcado más en su carrera?

No me gusta decir nombres, pero por las épocas de mi carrera en las que coincidí con ellos me marcó Juanma Lillo, con el que coincidí en la Real y en el Ciudad de Murcia, porque era mi primera aventura, la primera vez que salía fuera de Azpeitia. Y encontrarte con un entrenador como Lillo me vino muy bien, a parte de lo deportivo, por la forma en la que te trata. También me marcó Amorrortu porque me hizo debutar y por su manera de entender la cantera. He tenido suerte de coincidir con buenos entrenadores y nos acordamos de los que hemos tenido en la élite, pero los que más te marcan son los que he tenido en el fútbol base en Azpeitia y en la Real en edades tempranas, en las que es importante que los entrenadores estén bien preparados.

La presencia de ex compañeros de todos sus equipos en la presentación del homenaje demuestra que ha dejado huella...

He intentado dar lo máximo en todos los sitios y no dar ningún problema en ningún sitio. Es lo mínimo que puedes hacer y eso es lo que se valora. En lo deportivo puedes jugar mejor o peor, pero debes darlo todo. Si haces eso no se puede pedir mucho más. He intentado hacer eso y es lo que he conseguido.

¿Por qué decidió retirarse sin intentar prolongar su carrera?

Es una decisión que no la tomé en caliente. Se me acababa el contrato en el Rayo y te vas mentalizando. Cumplía 33 años en agosto y esa idea de cambiar de estilo de vida la tenía meditada desde hacía tiempo porque quería seguir formándome y estar cerca de las niñas. Era el mejor momento porque mi idea era dejar el fútbol cuando físicamente estaba bien y puedo hacer deporte y no acabé quemado con el fútbol y eso me llena.

¿Se ve ligado al fútbol en un futuro para aportar esos valores?

Después de estar en la vorágine del fútbol tenía que cambiar la dinámica. Tengo ganas de seguir formándome, de estudiar inglés... Tengo dos niñas e intentaré amoldarme a la nueva vida. A partir de ahí veré las posibilidades que pueda tener para hacer otras cosas. No es que quiera estar sin hacer nada, ando bastante liado, pero mi intención es formarme para hacer otras cosas que ahora no sé por donde enfocar. Puede que sea en el fútbol o fuera de él. No he acabado quemado en el fútbol ni cierro ninguna puerta. Me motiva seguir vinculado a este deporte porque tiene cosas muy buenas, se pueden trasmitir muchísimos valores. Se puede llegar a mucha gente, tengo dos títulos de entrenador, me falta el nacional, y no descarto seguir vinculado al fútbol, pero tampoco hacer algo al margen del fútbol.

¿Qué le parece ver a la Real en Champions con su filosofía?

Me fijo en la clasificación, pero más en las alineaciones y otras cosas y me identifico con la Real Sociedad actual. El trabajo que se hace desde la base es importante, muy bueno, y con ese trabajo solo permanecer en Primera para la Real tiene mucho mérito y poder llegar a jugar la Champions tiene un mérito increíble que no se valora lo suficiente.

Dos días de fiesta para pensar en el Celta

La primera plantilla realista tendrá descanso este fin de semana para comenzar a preparar el lunes a las once el partido que jugará el sábado contra el Celta en Anoeta (18:00). La Real comunicó ayer que la recaudación de este encuentro será destinada a las víctimas del tifón de Filipinas. Los blanquiazules se ejercitarán de lunes a jueves a las 11:00 en Zubieta y el viernes a las 16:00 a puerta cerrada. El domingo se entrena a las once y no habrá descanso porque el lunes se viajará a Ucrania para jugar el miércoles el partido de la Champions contra el Shakhtar. Joseba ITURRIA