El farolillo rojo pone a prueba la capacidad de reacción de los azulgranas
EIBAR - CASTILLA
Una semana después de que el Tenerife truncara su buena racha, el Eibar puede encontrarse con la oportunidad perfecta para reaccionar. Será el farolillo rojo, un Castilla que sin embargo llega con una victoria a sus espaldas, el que ponga a prueba la capacidad de los azulgranas para venirse arriba de nuevo.
Gaizka Garitano, como es habitual, no se deja convencer por la mala situación clasificatoria de su rival, del que recuerda que se encuentra muy «cómodo jugando al contragolpe», gracias a la «velocidad de la gente de arriba», algo a lo que tendrá que hacer frente el Eibar metiendo igualmente «ritmo al juego, haciendo transiciones rápidas» y teniendo especial cuidado con las pérdidas de balón. Pero sobre todo, practicando «nuestro juego». Porque si algo tiene claro el técnico armero es que, más allá del respeto que merece siempre el rival, el Eibar depende sobre todo de sí mismo. Aunque sería «una utopía pensar que podemos ganar siempre». Garitano cree que «si damos un rendimiento alto, el resultado ya vendrá».
Tendrá que hacerlo sin Capa, aquejado de una contractura. En consecuencia, Gilvan entrará en el once, desplazando a Eizmendi a la derecha.

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