Recordado centrocampista de River y luego exitoso entrenador de Racing de Avellaneda, a Mostaza Merlo le preguntaron tras un enorme derroche físico que cuántos pulmones tenía. «Uno, como todo el mundo», contestó. No sé si ese es el secreto de este Athletic, si es el secreto de jugadores como Iturraspe, Susaeta... o como el de Toquero.

He de confesar que no daba un céntimo de euro por la titularidad de Guillermo como `9' ante el Barcelona, pero tampoco cinco por el gasteiztarra en punta de ataque. Sí apostaría a que el de Ariznabarra estaba en la lista de transferibles de Valverde en pretemporada. Pero hoy, el `2' rojiblanco es el as en la manga de Txingurri, al que le ha encontrado acomodo hasta en sus impredecibles `onces'.

De seguramente no creer Valverde en sus virtudes futbolísticas, de no tener sus primeros testimoniales minutos hasta la séptima jornada ante el Granada, Toquero ha dejado de ser aquel `lehendakari' para convertirse en actual `revulsivo' del técnico de Viandar de la Vera. Con todas sus limitaciones, con todas sus carencias, ante el Barça, Gaizka ejemplificó esa frase de Valverde días atrás de que «sabemos que tenemos dificultades en los partidos, porque somos un equipo así, pero también tenemos otras virtudes que seguiremos explotando». Y Txingurri ha decidido explotar esas virtudes que atesora Toquero. Ante los culés, el entrenador dijo tenerlo claro, Toquero era su hombre para ejercer de avanzadilla en esa decisiva presión alta de su equipo. Lo hizo desde el minuto uno al noventa y tres que duró el partido. Toquero no salió a marcar el gol del triunfo, como tampoco lo hace cuando salta el césped mediadas segundas partes. Para meterlos ya está Aduriz, el `9' natural. Toquero salió ante los azulgranas para hacer lo que hizo y sostener a la grada siempre a un palmo de sus cómodos asientos, cosa que difícilmente hará cualquier otro jugador falto de ese feeling del pelón gasteiztarra. Toquero saltó al campo en La Rosaleda no para firmar el tanto del empate ni el de la victoria, sino para ser el primer atacante de ese ya clásico arreón final de los leones y a la vez el primer defensa.

Asumo que no las tenía todas conmigo cuando Valverde tenía que recurrir a un jugador como Gaizka para enderezar la dinámica adversa de los últimos partidos, en un plantel al que se le suponen más kilates de juego en sus botas como para tener que recurrir a la heróica. Pero igualmente reconozco las evidentes intenciones del entrenador al echar mano de Toquero para según qué. Los grandes ajedrecistas sostienen que la figura del peón es el instrumento más importante de la victoria. Toquero lo es, un peón, del fútbol. El `maestro' Valverde lo ha movido con acierto. Y entre tanto, me preguntó, ¿tendrá también solo un pulmón?