Amaia U. LASAGABASTER
Derbi en Mendizorrotza

La dinámica puede con el tópico

El Eibar prolonga su momento para, con efectividad y una buena lectura del partido, enviar al Alavés al fondo de la clasificación.

ALAVÉS 0

EIBAR 2

Se cumplieron los tópicos en Mendizorrotza, con derbi disputadísimo e igualado, en el que el color del primer gol resultó definitivo. Pero lo que realmente se impuso fue la dinámica, diametralmente opuesta, que vienen protagonizando Alavés y Eibar. Funciona la maquinaria azulgrana y se retroalimenta con la confianza que le generan los resultados. Los gasteiztarras, por el contrario, se encuentran en ese punto crítico en el que todo lo que es susceptible de torcerse, lo hace.

Ayer, sin ir más lejos, el Alavés encajó el primer gol cuando mejor lo estaba haciendo. No cabe duda de que tuvo una importancia capital en el desarrollo del choque. Aunque también sería injusto, y peligroso para los alaveses, justificar el resultado exclusivamente con ese argumento. Porque el Eibar, que no ocupa posiciones de play-off por una cuestión de suerte, tuvo la fortuna de acertar a la primera, sí, pero a la eficacia, tan válida como cualquier otra arma, le unió una perfecta lectura del partido, una considerable capacidad de sufrimiento y una confianza absoluta en sus posibilidades. También la gran actuación de Xabi Iruretagoiena, fundamental en las pocas concesiones que realizaron sus compañeros. Frente a eso, el equipo de Juan Carlos Mandiá ofreció mucha voluntad, toda la del mundo. También fútbol y calidad, sobre todo cuando Guzmán se apoderó de la banda derecha. Pero no lo suficiente para doblegar a su rival, al que quiso imponerse con un ejercicio futbolístico similar al de la semana pasada, olvidando que el Lugo, con todas sus virtudes, ofrece más facilidades defensivas que el Eibar.

Pocos cambios

Con aquel partido como referente, Mandiá repitió once con la única excepción, forzosa, de Luciano, que sustituyó al lesionado Pepe Mora. Tampoco tocó demasiado Garitano el equipo que se había impuesto al Deportivo, que solo registró la entrada de Yuri. Con esos mimbres, dominó de inicio el cuadro albiazul. De forma más efectista que efectiva. Pese a su empuje, saldó la primera media hora sin llegadas especialmente claras. Forzó cinco córners pero solo en una ocasión tuvo que esforzarse Xabi, despejando con el pie un remate de Toti. Menor, por no decir inexistente, fue la presencia del Eibar en área local. Pero solo necesitó pisarla en dos ocasiones para adelantarse en el marcador. Podía haber sido a la primera, pero el árbitro no quiso ver el claro penalti de Toti sobre Morales. El delantero se sacó la espinita de inmediato porque, solo cinco minutos después, firmó un jugadón por banda izquierda para que Arruabarrena, en plancha, cabecease el 0-1.

Quedó tocado pero no hundido el Alavés que, tras el descanso, regresó al césped con novedades -Quiroga por Beobide- y el cuchillo entre los dientes. Los armeros aguantaron. Primero con cierta holgura, después resignándose a sufrir y, por momentos, encomendándose a su guardameta. Al menos en dos ocasiones, a remates de Viguera y Quiroga, tuvo que lucirse Xabi para evitar el empate.

Sus compañeros se lo agradecieron finiquitando el partido en cuanto tuvieron la ocasión. De nuevo Morales hizo lo que quiso por banda izquierda para centrar un balón que buscaba a Arru, pero que acabó enviando Jarosik a portería. Esta vez sí quedaron muy tocados los locales que, en los minutos posteriores, pudieron acabar goleados. Pero los atacantes azulgranas tuvieron más ganas de recrearse que instinto killer, con lo que la derrota fue dolorosa, pero no humillante. No varió la percepción de los eibarreses, que se van de vacaciones absolutamente satisfechos.