Martxelo Díaz
Periodista
TXOKOTIK

Veinte años no son nada

Dice el tango que veinte años no es nada. Puede ser mucho en la vida de una persona, pero poco en la vida de un pueblo. Inapreciable en lo que se refiere a la geología. En el caso del embalse de Itoitz han pasado 25 desde que se empezó con el proyecto. Desde entonces, han pasado muchas cosas, algunas irreversibles. Se han inundado parajes que ya no se podrán recuperar.

Esos 25 años parecen ser que son la fecha de caducidad que tienen las promesas de los pantaneros navarros, que pusieron sobre la mesa el oro y el moro para convencer de lo inconvencible, de que anegar valles era progreso para Nafarroa.

El Gobierno navarro ha optado por acabar con la Fundación Itoiz-Canal de Navarra, que se suponía que era el instrumento para que los valles que dieron tanto «por el progreso» recibieran compensaciones. Ahora dicen que la fundación ya ha cumplido con sus objetivos, puesto que el embalse y el canal ya se han construido. Evidentemente que se han construido, aunque todavía quedan un montón de millones por enterrar en la segunda fase. Lo que no han cumplido ha sido su objetivo de compensar a Agoitz, Longida, Artzeibar y Orotz-Betelu, que en los últimos tres años no han visto un euro (literal) de todo lo prometido. Y lo que vieron antes servía más para deslumbrar que para crear verdadero progreso en esta zona de Nafarroa, como polígonos vacíos, casas de cultura faraónicas o piscinas a las que se le va al agua por las fisuras.

El embalse sigue ahí y el riesgo continúa. Las compensaciones deben abonarse mientras persistan las motivos que las generan. Es decir, mientras haya embalse tiene que haber compensaciones. Y esto lo reconoce hasta la propia CHE. Es más fácil decir que los alcaldes de la zona son opositores al embalse como excusa para no cumplir con su palabra.

«De esta zona ya han sacado todo lo que querían y ya no les interesamos. Ahora, centrarán sus esfuerzos en convencer a los vecinos de la Zona Media de lo bueno que es el Canal de Navarra», comentaba ayer un vecino.