La división entre familiares de Gregorio Ordóñez y su entorno, por un lado, y el PP, por otro, ha dejado de ser una realidad discreta para convertirse en pública y notoria. Ayer, cuando se cumplían 19 años desde que quien fuera concejal en el Ayuntamiento donostiarra muriera en atentado de ETA, las cámaras recogieron los cruces de palabras de Consuelo Ordóñez, hermana del edil, con Arantza Quiroga, presidenta del PP en la CAV; Borja Sémper, presidente en Gipuzkoa; e Iñaki Oyarzábal, secretario general en la CAV. Fue dentro del cementerio de Polloe, donde la familia le rindió un pequeño homenaje.

Días antes del aniversario, Ana Iribar, viuda de Ordóñez, ya mostró su decepción con el Gobierno de Mariano Rajoy y su actitud ante el fin de ETa, asegurando que no volverá a votar al PP. Este entorno, en el que por sus declaraciones se ubican también María San Gil o Maite Pagaraurtundua, simpatiza con UPyD y el recién registrado VOX, liderado, provisionalmente, por Santiago Abascal.

Víctimas como la familia Ordóñez han sido utilizadas como ariete en la estrategia del PP de boicotear los procesos negociadores de 1998 y 2005-2007, bajo el pretexto de que «las víctimas siempre llevan la razón», como estableció en su día Jaime Mayor Oreja.

Ahora, en este nuevo tiempo que no admiten, exigen a Madrid que desobedezca la sentencia de Estrasburgo sobre la «doctrina Parot» e ilegalice a la izquierda abertzale. Estos dos elementos le han bastado a Consuelo Ordóñez para declarar que «se está materializando la hoja de ruta de Zapatero», contra toda evidencia lógica.

Ordóñez: «Te van a dar bien»

La ofrenda floral que cada 23 de enero se celebra en Polloe debía empezar a las 17,00, pero el acto arrancó con diez minutos de antelación. Ello hizo que los dirigentes del PP en la CAV, Quiroga, Oyarzábal y Sémper -su asistencia había levantado mucha expectación- (acompañados por el portavoz del PP en el Congreso español, Alfonso Alonso; el delegado del Gobierno en la CAV, Carlos Urquijo; y el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Donostia, Ramón Gómez), no llegaran a tiempo, a pesar de su puntualidad. Los saludos a Consuelo Ordóñez, por lo tanto, quedaron para el final.

En su discurso, Consuelo Ordóñez fue muy crítica con el rumbo del PP, y aunque no citó nombres concretos, hizo claras alusiones a los dirigentes antes citados. «Echo en falta que se haya recordado su figura por sus compañeros de partido, cuando se vanaglorian de mi hermano», aseguró

También los señaló por las declaraciones de los días previos, considerando la situación creada por el homenaje del PP a todas las víctimas en el Kursaal, una hora después, «una polémica torpe y desgraciada».

Al PP lo acusó, además, de dar «plantones» cada vez que hacen una propuesta. «No somos nosotros quienes damos un portazo -dijo-. Han cambiado mucho las cosas; estamos más cerca que nunca de que consigan lo que no consiguieron matando».

Al término de su intervención, y tras depositar las flores, Consuelo Ordóñez saludó con dos besos a los dirigentes del PP, pero lo aprovechó para echarles en cara su actitud. «A ti te van a dar, pero bien además», le espetó por ejemplo a Sémper.

Quiroga: «Sin ningún respeto»

La presidenta del PP en la CAV no respondió en Polloe, sino en el Kursaal. Y con un contenido y un tono que sorprendió y que parece ser la señal de que la dirección ha decidido plantarse ante estas posiciones ultras.

«Nadie puede venir a darnos lecciones de ningún tipo, ni reprocharnos nada», declaró Quiroga visiblemente molesta, para agregar acto seguido que ese «coraje cívico» se está viendo «mancillado por unos pocos, aquí y allí, sin ninguna sensibilidad y sin ningún respeto».

Por último, citó a los miembros del PP que han estado «aguantando y dando la cara». Y sostuvo que solo desde la «mezquindad» y los «intereses políticos» se puede poner en cuestión la trayectoria de sus integrantes.