«Ahora toca centrarnos en el Clínicas Rincón, el filial del Unicaja, después Huesca, y después, el que venga. Vayamos partido a partido». Sergio Lamúa prefiere ir paso a paso en el complicado camino que le espera a Planasa Navarra en su afán de salvar la categoría.

A día de hoy, los navarros son penúltimos con solo tres victorias, empatados con el colista, el Barça B. Toca decir que en la Liga LEB Oro solo el último desciende de forma directa, pero los dos siguientes se ven condenados a jugar entre ellos un play off de descenso al mejor de cinco.

Como bien comentaba el preparador de Planasa Navarra, el conjunto de Iruñea no puede sino ir paso a paso, sumando alguna victoria de cuando en cuando, porque mirar más allá es simplemente absurdo. Los resultados no acompañan en nada a los navarros, pero obsesionarse o desesperarse tampoco ayuda. El filial del Unicaja, séptimo con 7 victorias en 16 partidos, es su siguiente adversario, en un duelo que se disputará en el polideportivo Anaitasuna a partir de las 20.30. A sus opciones de ganar ese partido se tendrán que aferrar los pupilos de Sergio Lamúa. Y más ante el próximo parón de la Copa.

«La gente ha entrenado con consciencia de la situación que tenemos», recalcaba Lamúa. «Por eso la semana de preparación ha sido larga, pero muy buena, y esperamos que dé los frutos a la hora del partido», añadía.

El Clínicas Rincón está plagado de gente joven y prometedora, como bien pudieran ser los Todorovic o Alberto Díaz, o alguno de los hermanos Sabonis. Paradójicamente, es un veterano de mil guerras como Richi Guillén -en junio cumplirá 38 años el «Jordan de la LEB»- el principal referente andaluz. «Cuando su equipo no puede correr o tiene problemas, juegan con Guillén y este genera para sí y todos los demás», advertía Lamúa.