Amparo LASHERAS
Kazetaria
AZKEN PUNTUA

Davos: terrorismo de alto standing

Davos es un lugar de los Alpes suizos, con un maravilloso paisaje y donde todo lleva el calificativo de alto: turismo de alto standing, deportes de invierno de alta competición, congresos... Incluso aparecen como mención destacable de la ciudad los polémicos encuentros que, en 1928, mantuvieron los filósofos Heidegger y Cassirer sobre la conveniencia o no del pensamiento de Kant. No en vano es la localidad europea de mayor altitud, 1.560 metros sobre el nivel del mar. Con este currículo y a esa altura tan por encima de los valles de la vida corriente, resulta comprensible que los que ordenan la economía elijan este paraíso invernal como sede de las reuniones del Foro Económico Mundial. Desde el miércoles 22 hasta hoy, los más importantes dirigentes de la Banca, las finanzas, la empresa y la política se han encerrado en su lujoso búnker para analizar los problemas del mundo y decidir sobre las vidas de todos mientras degustan sofisticados menús y buenos vinos. Estos personajes representan a ese 1% de la población que, según el último informe de Intermon Oxfan, posee la mitad de la renta mundial, 65 veces mayor que el total de la riqueza de los habitantes más pobres del mundo. Y aunque, este año, el eslogan de la cumbre se ha centrado en la desigualdad social que asola al planeta, no se cortan en pedir a los gobiernos que ahonden en las reformas y en la austeridad que elimina derechos y, en un futuro corto, puede llevar al 40% de la población del Estado español a la pobreza y la exclusión social. Otra referencia para Davos podría ser: lugar donde la alta mafia económica se reúne todos años para teorizar sobre el nuevo concepto de terrorismo de alto standing con que quiere gobernar el mundo.