Se ve que compartir bancada une mucho y que la relación entre Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz es muy estrecha. Tanto que el acordeonista más famoso de Santurtzi le ha dedicado a su maestro un artículo en «Estrelladigital» ahora que parece plegar velas. En un alarde de originalidad, Iturgaiz titula su laudatorio escrito «Jaime Mayor Oreja, genio y figura», y comienza con una anécdota sobre lo mal que siempre han tratado al exministro de la porra sus convecinos donostiarras. Según afirma el intendente, «sus enemigos nacionalistas no se recataron nunca (...) para insultarle, increparle o amenazarle», y añade que «el tiempo parece que no pasa en las tierras vascas, ya que como les decía, en sus comienzos políticos le insultaban, y ahora que ha decidido marcharse de la política son los mismos nacionalistas los que le siguen insultando en su despedida». Pues servidora diría que en su despedida, lo que han hecho «los nacionalistas» ha sido pasar de él en moto, pero claro, eso no es tan épico.

Apunta Iturgaiz, otra vez desplegando su arte literario, que «haría bien mi buen y querido amigo Jaime Mayor Oreja en recordar ese refrán tan castizo que dice `ladran, luego cabalgamos'», y sostiene que «todo ese odio nacionalista contra Jaime Mayor Oreja viene por defender a España y lo español en el País Vasco, por tener valores y por ser valiente contra ETA». ¿Por defender a España y lo español, o por imponer a España y lo español? Que suena parecido pero no es lo mismo... Pero no solo es valiente y tiene valores, sino que es todo un líder, y claro, de ahí viene el rencor: «no le perdonan (...) haber liderado y dirigido el mejor y más exitoso proyecto político del centro derecha vasco en toda la historia de la actual democracia. Un proyecto que estuvo a punto de ganarle unas elecciones al PNV si no llega a ser por el voto prestado de los proetarras a las huestes de Ibarretxe cuando vieron que el voto al constitucionalismo ganaba en la mayoría de las encuestas». ¿Pero voto prestado no fue el de Redondo Terreros a Oreja? Y el «constitucionalismo» ganaría en las encuestas, pero en las urnas perdió como siempre, como antes y después. Antes de concluir, el fiel escudero señala que su mentor «es como esos videntes pero de la política, que aciertan casi al cien por cien de los análisis que hacen porque su olfato político es innegable». Ya, por eso lo mandaron a Bruselas de una patada con su amigo Carlos.