Mayer se pone en el mapa tras dominar el descenso
El austríaco sorprende a todos los favoritos en la prueba reina de alpino y Paul de la Cuesta queda el 28º.

Matthias Mayer sorprendió en el descenso, dejando a los favoritos, el noruego Aksel Lud Svindal, cuarto, y el estadounidense Bode Miller, octavo, sin medallas. Originario de Sankt Veit, debutaba en unos Juegos. Antes de lograr el mayor éxito de su carrera deportiva solo había conseguido la temporada pasada un segundo puesto en el supergigante en Kizbuhel y otro segundo en esta en Lake Louise, ambas de la Copa del Mundo.
A sus 23 años gobernó con maestría la muy técnica parte alta del trazado y solventó de forma impecable los dos largos saltos -el trampolín ruso y el salto del lago- de la pista caucásica, de 3.495 metros, con salida a 2.045 y un desnivel de 1.075.
Cuando se anunciaba un duelo entre los dos favoritos, Mayer, que había hecho el mejor tiempo en el segundo de los tres entrenamientos de la prueba, se llevó el oro con un crono de 2 minutos, 6 segundos y 23 centésimas, por delante del italiano Christof Innerhofer, plata, y del noruego Kjetil Jansrud, bronce, a 6 y 10 centésimas.
Fue una auténtica escabechina en la que tanto Svindal como Miller cometieron errores y lo pagaron caro. Los dos lo reconocieron. Miller, de 36 años, no será nunca campeón olímpico de descenso, mientras que Svindal, que había estado en todos los podios de la especialidad durante la presente temporada, se quedó esta vez fuera.
El decidido Mayer se lleva el oro en su primera participación olímpica, logrando la segunda medalla en la familia, después de que su padre, Helmut Mayer, fuera plata en el supergigante en Calgary'1988. «Es verdaderamente increíble sorprender a los favoritos y ganar un oro tan significativo. Es lo más grande con lo que uno puede soñar como deportista de esquí. Mi padre no me dio ningún consejo en particular. Simplemente esquiar e ir rápido» explicó el ganador a France Press.
Matthias, igual que su progenitor, es un especialista en supergigante -fue subcampeón mundial junior en 2008-, más que en descenso, pero logró ofrecer a Austria la séptima medalla de oro en la prueba reina. Claro que esta pista se parecía mucho a una de supergigante en su parte superior y eso le convenía a Mayer y al italiano Innerhofer, campeón del mundo de esta especialidad en 2011. Austria buscaba a un sucesor en descenso de su último campeón olímpico, Fritz Strobl, que se había impuesto en Salt Lake City-2002, y lo encontró en Mayer.
De la Cuesta, con el dorsal 31 y un casco azul, cubrió la pista en dos minutos, nueve segundos y 46 centésimas, a tres segundos y 23 centésimas del tiempo del flamante vencedor. No consiguió entrar entre los 20 primeros pero mejoró notablemente su actuación en Vancouver'2010 en donde se clasificó en el puesto 51º. A sus 25 años, el donostiarra tiene margen de mejora. Él lo sabe y se le vio sonreir mientras tomaba aire para recuperarse del esfuerzo.
Imanol Rojo, el 50º
Hubo otro vasco, este en esquí de fondo en 30 kms (15 km. estilo clásico + 15 km. estilo libre). El tolosarra Imanol Rojo fue el 50º en su debut olímpico a cinco minutos y 25 segundos del vencedor, el suizo Dario Cologna que superó al sprint al defensor del oro, el sueco Hellner. 68 fondistas concluyeron la prueba.
Anderson, primera en slopestyle
Como en categoría masculina, también en la femenina la campeona llegó de USA. Jamie Anderson, 23 años, se ha convertido en la primera campeona olímpica de slopestyle. Anderson consiguió la segunda mejor puntuación en la primera ronda (80.75), que en la segunda bajada mejoró hasta los 95.25.
Festival holandés en velocidad
Tras el triplete holandés de la víspera en el 5.000 masculino, Irene Wust con su victoria en los 3.000 metros, continúa el festival tulipán. La campeona mundial doblegó a la defensora del título, la checa Martina Sablikova, mientras que Olgra Graf, de 30 años, dio a Rusia su primera medalla, un bronce.
Cuarta medalla para Plushenko
El primer oro por equipos de la historia de patinaje artístico se quedó en casa. El veterano Plushenko sumó su cuarta medalla olímpica, mientras la jovencísima Yulia Lipnitskaya, de solo 15 años, aseguró el oro para los anfitriones con un brillante programa libre en el que sumó los diez puntos decisivos.
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