Después de imponerse la semana pasada al Baloncesto Oviedo, dando fin a una racha de ocho derrotas, Planasa Navarra viaja a Logroño esbozando al fin una sonrisa, y dispuesto de ensancharla tras su enfrentamiento ante el Clavijo a las 21.00.

«Siempre que consigues ganar, y más después de tanto tiempo, las caras cambian. Ahora la alegría de la gente es otra», reconocía el preparador Sergio Lamúa, que estrenaba también su casillero de victorias al frente del banquillo iruindarra.

«El equipo ha trabajado fantástico todas las semanas pese a perder, y esta semana no ha sido menos, además que no hemos tenido, por fin, a nadie con molestias -salvo la baja de Raúl Mena-. Hemos vuelto a hacer bien las cosas, aunque eso no signifique que el equipo vaya y gane porque sí. Al final, no hay otra que hacer un buen partido y competir hasta el final, pero luego, si la pelotita quiere o no quiere entrar, pues que decida el partido», añadía Lamúa.

Un autobús completo de aficionados viajará a la capital riojana con la intención de ver si Planasa Navarra es capaz de iniciar una buena racha que lo aleje del colista, el Barça B, con un triunfo menos que los navarros, y se puede arrimar a la salvación. Es decir, no tener que jugar el play out de descenso, en el que a día de hoy Planasa Navarra debería vérselas con Ourense Termal, y sin factor cancha, ya que el cuadro galaico tiene un triunfo más. El Melilla, equipo que marca la salvación, tiene tres triunfos de ventaja; mucha ventaja a falta de siete jornadas.

Otra de las curiosidades del partido de esta noche será el enfrentamiento entre dos de los más jóvenes de la saga de los Uriz. Mikel, ex de la escuadra de Iruñea, milita en el Clavijo, mientras que la lesión de Raúl Mena ha facilitado que Nico Uriz haya ingresado en las últimas convocatorias de Sergio Lamúa.