Maite SOROA
msoroa@gara.net
PAPEREZKO LUPA

Golpe de Estado en el Parlamento navarro

Seguimos a vueltas con Nafarroa. Qué remedio, si se está preparando un Golpe de Estado. Eso es al menos lo que dice el inefable Pascual Tamburri en su columna de «Elsemanaldigital», literalmente, además: «Sigue el golpe de Estado parlamentario en Navarra». Después de tan arrollador arranque, Tamburri asegura que «sean ciertas o no las cosas dichas por Nieves, sean legales o no los actos atribuidos al Gobierno navarro de UPN, sabemos el resultado de la Comisión mucho antes de que termine sus sesiones. PSOE, IU y las varias siglas abertzales (que juntos reúnen la mayoría) dirán que la consejera y la presidenta pecaron gravemente y deben dimitir o afrontar una moción de censura. En todo caso, con el horizonte de unas elecciones anticipadas», y ante esta tesitura, sepregunta: «¿Regeneración contra corrupción, terrorismo como solución?». Lo de «terrorismo como solución» si lo escribiera alguien con un perfil ideológico diferente a este profesor sería motivo de escándalo, y fijo que de cárcel, pero a la derechona se le permiten las «bromas». Así, Tamburri se pregunta y se contesta a sí mismo en un párrafo muy de su estilo: «¿Y la verdadera democracia nos la van a traer... partidos totalitarios y partidos que han apoyado o siguen sin condenar el terrorismo? Porque efectivamente, es claro que si hay elecciones UPN va a hacer una campaña muy fácil al grito, una vez más de `que vienen los vascos'. Pero es que cualquier alternativa al Gobierno de Yolanda Barcina, con o sin moción de censura, requiere el apoyo de quienes consideran a Federico Krutwig un precursor, a Josu Ternera un héroe y a Arnaldo Otegui un líder, y quieren a los asesinos de ETA no sólo impunes sino además recompensados. Recompensados acercando de un modo u otro la ane- xión de Navarra, la independencia y el socialismo». Y dale con la anexión... ¿Admitiría Tamburri que Nafarroa fuera lo que las navarras y los navarros quieran? Va a ser que no, ¿verdad?.

Y como conclusión, apunta que «no sabemos dónde vamos. Yolanda Barcina tampoco, y cada día debe de antojársele como peor que el anterior. Este es el Año de la Marmota en la política foral, sin salida aparente y siempre repitiéndose. La Comisión ha sido sólo el principio». Salida sí que hay, otra cosa es que a él no le guste. Pero tiene razón, la Comisión es sólo el principio.