Mucho se ha dicho y escrito en los últimos días sobre el debate, por llamarlo de alguna forma, que se ha celebrado en el Congreso. Pero servidora tiene que reconocer que no esperaba encontrar una lectura de lo ocurrido como la que firma Manuel Llamas en «Libertaddigital». El titular ya lo dice todo: «España, entre izquierda y extrema izquierda». ¡Toma ya! Hay que ser muy muy muy de derechas para hacer esa afirmación. Según el tal Llamas, «el Debate sobre el Estado de la Nación ha reflejado, un año más, la triste y decepcionante realidad política de este país. Hoy por hoy, España está condenada a navegar entre la izquierda y la extrema izquierda, es decir, entre la decadencia y la ruina más absoluta». Lo de la decadencia y la ruina no vamos a negarlo, pero por lo demás el opinador muestra un grado de miopía galopante.

Tras acusar a Rajoy de triunfalista en su discurso y asegurar que el Estado español está mucho peor de lo que lo pintan, lo que no deja de ser cierto, el analista insiste en su particular visión y señala que «el balance del PP se resume en menos libertad económica. Y todo apunta a que Rajoy mantendrá -o intensificará- esta política izquierdista hasta final de legislatura». Una política izquierdista que hace que los empresarios se atiborren de champán y que la clase obrera las pase canutas es una curiosa política izquierdista, la verdad. Luego Llamas sostiene que «la diferencia entre Rajoy y Zapatero es una mera cuestión de matices», algo en lo que una está muy de acuerdo, pero porque ambos son simples mamporreros de quienes mandan de verdad, los empresarios y banqueros, y no porque sean unos rojeras. Desde luego Marx no los contaría como discípulos.

Y ya para concluir, el columnista del diario digital de Jiménez Losantos escribía que «en el Debate no se ha escuchado ni una sola medida liberal digna de mención, tan sólo gestos electoralistas propios del populismo más abyecto y soflamas comunistoides que agravarían la ruina del país hasta límites insospechados. En la actualidad, España baila entre dos aguas, la italianización (izquierda) y la argentinización (extrema izquierda)». Soflamas comunistoides dice, ¡que Santa Lucía le conserve la vista!