GARA
15º Campeonatos del Mundo bajo techo

Fraser-Pryce es la sprinter total que también domina en 60

Genzebe Dibaba se lleva el 3.000 sin un récord al que tampoco se acercan los saltadores de altura. El keniata Ndiku impide a Lagat sumar su cuarto título.

Shelly-Ann Fraser-Pryce regresa a Jamaica convertida en la velocista total tras extender sus dominios a la pista cubierta, donde ganó con autoridad la final de 60 metros batiendo su registro personal y la mejor marca mundial del año (6.98). Actual campeona mundial de 100, 200 y 4x100 metros, y dos veces campeona olímpica de 100, la pequeña y poderosa jamaicana se ha adaptado perfectamente a la distancia más corta del sprint.

Lo ha hecho además en sus primeros Mundiales bajo techo, sometiendo a la marfileña Murielle Ahouré, que aterrizó en Sopot al frente del ránking (7.03, que ayer rebajó en dos centésimas para colgarse la plata), mientras la campeona estadounidense Tianna Bartoletta se llevaba el bronce (7.06). Fraser-Pryce no salió la mejor de los tacos (159 milésimas) pero en el tercer apoyo ya estaba por delante.

La versión femenina de Bolt, aunque sin los récords imbatibles de Florence Griffith, dijo después: «Yo soy una de esas personas que no están interesadas en el cronómetro. Para mí era importante participar en el Campeonato del Mundo indoor. El próximo será en año olímpico (Portland'2016, Estados Unidos) así que no estoy segura de poder participar de nuevo. Ganar el oro para mí siempre es como si fuera la primera vez».

Su compatriota Veronica Campbell-Brown, dos veces campeona en sala, nunca tuvo el tercer título al alcance. Tras clasificarse por tiempos en semifinales, terminó quinta con 7.13. Absuelta recientemente por el TAS de los cargos de dopaje regresó a la competición tras diez meses suspendida y se notó.

Territorio africano

De la prueba más corta a la más larga, con Genzebe Dibaba como nueva reina del mediofondo mundial. La etíope dominó la final de 3.000 metros con 8:55.04, a 40 segundos de su reciente plusmarca. La keniata Hellen Obiri, que defendía el título, solo pudo seguirla de lejos en las dos últimas vueltas para obtener el consuelo de la medalla de plata. Así que fue Caleb Mwangangi Ndiku, de 21 años e hijo de un lanzador de jabalina, quien dio a Kenia la primera medalla del torneo al imponerse de forma magistral en el 3.000 masculino y fastidiándole de paso el plan a su excompatriota Bernard Lagat. Lagat, estadounidense desde hace años, aspiraba a su cuarto título y a superar el récord de tres oros que comparte con el etíope Haile Gebreselassie. A sus 39 años mantuvo viva la esperanza hasta la última recta, cuando se dio cuenta de que no podría alcanzar a Ndiku, 18 años más joven, que había tomado la cabeza a 400 metros del final.

No hubo sorpresas en 800. El etíope Aman revalidó su corona batiendo a los polacos Kszczot y Lewandowski, aunque posteriormente el bronce fue descalificado por pisar fuera de calle para decepción de la afición local. La estadounidense Price también le ganó a Cichocka el femenino en su casa.

En salto de altura, el qatarí Barshim compartió con Ukhov una marca de 2,38 metros pero, además de batir el récord asiático, le ganó al ruso el duelo al superar esta cota en su primer intento mientras su adversario necesitaba tres. Ninguno de los dos pudo con los 2,40 en un concurso que había levantado mucha expectación ante la posibilidad de atacar el récord de Sotomayor (2,43) de hace 25 años.

En pértiga ganó la cubana Yarisley Silva, subcampeona olímpica, al superar en su primer intento los 4,70 metros, la misma altura que Sidorova y Svobodova, que lo hicieron a la segunda. Se quedaron sin premio Murer (4ª), Rogowska (5ª) y sobre todo la campeona olímpica Suhr (6ª).

El 4x400 USA pone el único récord en la clausura

La última final de los Mundiales deparó el único récord mundial en el Ergo Arena de Sopot. El relevo masculino de Estados Unidos -integrado por Kyle Clemons, David Verburg, Kind Buttler y Calvin Smith- estableció el nuevo tope mundial (3:02.12), rebajando la anterior marca de 3:02.83 conseguida el 7 de marzo de 1999 en los Mundiales en sala de Maebashi (Japón) por otro cuarteto USA. En el femenino también sus compatriotas superaron a las jamaicanas para terminar imponiéndose en el medallero general por países con 8 medallas de de oro, 2 de plata y 2 de bronce. Rusia quedó segunda -3 oros y 2 platas-, mientras Etiopía completaba el podio -2 oros, 2 platas y un bronce-.