Joseba Vivanco

La (no) bilbainada de la Champions

Recuerdo la respuesta preelectoral de Josu Urrutia candidato a Ibaigane al preguntarle sobre si marcarse como objetivo la Champions era una bilbainada. «¡Más bilbainada es traer a Bielsa!», fue su acertadísima y premonitoria contestación. Y prosiguió: «La gente suele echarse para atrás con las promesas que luego son difíciles de cumplir, porque nadie puede garantizar resultados. Lo que sí puedes garantizar es salir siempre a ganar, ser siempre protagonista en el campo. ¿A dónde llegarás? Ya veremos». Bilbainadas o no, el Athletic no solo hizo historia con el técnico argentino sino que está a un paso de jugar el máximo torneo continental de clubes la próxima temporada. No es para sacar la gabarra, como ha solicitado algún exrojiblanco desatado, pero sí otro hito más como lo fue la final de Bucarest de hace dos años. Ambas sitúan al Athletic en la cúspide del fútbol europeo, un reconocimiento no solo a su particular filosofía, sino también a su nueva propuesta futbolística. Ese fútbol protagonista que Josu Urrutia vislumbró, Marcelo Bielsa inoculó y Ernesto Valverde, como ha dicho alguien de manera muy acertada, le puso cordura. Esa mentalidad que le da pie a empatar, como anoche, en el mismo Madrigal, otro más de esos campos malditos que ya empiezan a dejar de serlo. El cuarto puesto no se puede escapar. El Athletic debe ser como el defensor que traza una línea imaginaria dentro de la cual impera su dominio, su `territorio Champions', ese mismo que la próxima temporada quiere saborear y que equipos con más pedigrí europeo como Manchester United o Milan serán los que lo vean por la tele. Y no es una bilbainada.