El estado de las cosas
No, esta columna no va de música ni el titular es un guiño a la discografía de Kortatu. Se refiere a cómo está el tema, el único que nos ocupa, porque aquí, admitámoslo, ya se sabe que aunque empieces a escribir del Athletic vas a acabar metiéndote con el lehendakari. Y es que la cabra tira al monte y los teclados nos llegan de serie así de tunantes.
Bien, pues el asunto está de tal forma que el presidente del PNV va diciendo cosas como que los estados, cito literalmente, «ya no son los únicos sujetos de la historia, y su poder y protagonismo se diluyen ante las demandas exigidas por la globalización y la reivindicación de autogobierno de regiones y naciones culturales». Una afirmación tan pomposa que fácilmente suscribiría un ciudadano del mundo como Patxi López, pero que se antoja impropia de quien nació para guiar al pueblo vasco al lugar que le corresponde en el concierto de las naciones. Ortuzar, sin embargo, no es muy de estados, qué le vamos a hacer.
Ocurre que mientras el presidente más dicharachero que ha pasado nunca por Sabin Etxea hacía estas declaraciones, su compañero, amigo y a su vez portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, insistía en que los datos sobre el déficit del pasado ejercicio, magníficos por supuesto, son y serán provisionales hasta que el Ministerio de Hacienda, el español, no diga lo contrario.
El Gobierno autonómico, por cierto, tiene que pedir permiso a Madrid cada vez que se le ocurre endeudarse, y tiene recurridas o ha anunciado recurso contra varias leyes aprobadas por el PP, como la Lomce, que acabará aplicando a no ser que haya un vuelco en las próximas elecciones... al Congreso español. Para qué hablar de la Seguridad Social, de políticas de empleo, de las prisiones o del despliegue de la Policía y la Guardia Civil. Explícale a Carlos Urquijo lo del poder menguante del Estado. Igual te pone una querella. Andoni, si hasta para participar en Eurovisión hay que ser estado.
Y a todo esto, en el Parlamento ha echado a andar una ponencia sobre autogobierno cuyo punto final, después de un par de años de sesudo debate, no se alejará un milímetro del punto de partida; ante la pregunta de quién decidirá nuestro futuro, si las personas que vivimos y trabajamos en este país o Urquijo y sus mariachis, el PNV ha pedido el comodín de Txarli Prieto.
Así que este es el estado de las cosas: el Athletic a punto de entrar en Champions y Urkullu jugando con siete defensas.

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