A pesar de que, puntualmente, han ofrecido grandes exhibiciones, esta edición de 2014 no ha sido especialmente agradecida con la joven hornada de jóvenes pegadores llamados a tomar el mando a medio plazo. Pelotaris como Albisu, Zabaleta o David Merino se quedaron sin poder pasar el corte, con lo que Aitor Zubieta es, probablemente, el zaguero más explosivo de los que quedan en liza. Sin embargo, por mucho que las únicas tres derrotas encajadas por Aimar Olaizola en el campeonato, ante ellos mismos, contra Irujo-Tolosa o contra Ezkurdia-Zabaleta, estuvieran cimentadas en el buen hacer de los zagueros rivales, el de Etxarri tiene muy claro que, a estas alturas, dominar no será suficiente.

«Para ganar tendremos que hacer lo que venimos haciendo últimamente. Una vez que estoy con las manos bien, mi juego es intentar no fallar y darle a la pelota. Luego, Yves, la pelota que encuentre adelante tiene que ir a terminar el tanto. No podemos pensar en que se pueden hacer 22 tanto atrás, eso no lo hace nadie», declaró el zaguero.

En este sentido, el de Lekuine y el de Etxarri forman, posiblemente, la pareja más equilibrada de las que quedan en liza, ya que poseen argumentos tanto para romper los partidos adelante en un día inspirado de Xala, como atrás, cuando Zubieta consigue gozar pelota. «En este sentido, Como pareja estamos muy bien. El domingo yo cumplí con mi trabajo, pero fue Xala el que demostró un nivel de juego altísimo. Esto nos ha servido para reforzar la moral», declaró el zaguero navarro.

Los números avalan la teoría de Zubieta, no en vano, los campeones de 2010 atraviesan por su mejor momento de forma, con cinco victorias consecutivas -perdieron su último partido el 22 de febrero en Iruñea ante Titín III-Merino II-. «Es verdad que ahora estamos en uno de nuestros mejores momentos. Ahora estamos con confianza en nuestro juego. También es verdad que las lesiones nos están respetando, pero las últimas victorias nos han dado mucha moral. Hemos ido de menos a más», ratificó su compañero Xala, uno de los pocos delanteros que, estando en plenas condiciones, es capaz de tutear a las dos referencias actuales de la pelota, esos dos únicos delanteros capaces de cambiar el ritmo de un determinado partido.

Adiós a los 1.000 pelotazos

Y es que, a pesar de que su repercusión ha sido mucho más visible en las luchas individuales, la revolución que, conjuntamente, han realizado Olaizola II y Martínez de Irujo en los partidos disputados por parejas también ha sido enorme.

Dentro de unos años, cuando toque echar la vista atrás, casi todos nos acordaremos del excepcional juego de aire de ambos, de sus dotes rematadoras, de su defensa, pero pocas veces se destaca esa labor más oscura que sus zagueros tanto agradecen en cada partido.

Como referencias que son, a ambos les ha tocado ejercer de padrinos de pelotaris noveles en la gran competición y, aunque jugar con ellos siempre supone una responsabilidad extra, lo cierto es que todos ellos han conseguido brillar cubriendo las espaldas de ambos. Y no es casualidad que tanto Zubieta el año pasado como Aretxabaleta este, jugaran sus mejores partidos como profesionales jugando al lado de las dos estrellas.

«Ayuda muchísimo. Quizá no dé esa sensación, pero también me anima mucho, tanto entre semana como en el propio frontón el día del partido. Pero lo que más destacaría es que, durante el partido, por no decir que todas, te quita casi todas las pelotas complicadas y te deja las buenas. Ahí se ve lo gran pelotari que es, no es solo lo que él juega, sino lo que hace jugar a su zaguero, ahí es donde se ve el verdadero nivel que tiene», alabó Andoni Aretxabaleta la confianza que le ofrece jugar junto al campeón manomanista. Seguro que la impresión de José Javier Zabaleta sobre debutar con Martínez de Irujo no difiere mucho de la del vizcaino.

Al de Markina, el sábado no le hizo falta montar el camping que tenía preparado para instalar en el cuadro siete del Ogeta, pero tiene asumido que en el Atano le tocará jugar bastante más cerca del rebote de cristal que del frontis. Aimar Olaizola mostró plena confianza en su zaguero. «Espero que seguirá igual, pero a ver cómo respondo yo, que todos somos personas y podemos fallar».