Toda la prensa se hacía eco ayer del acoso mediático y judicial a Iosu Uribetxebarria, que ha desembocado en la prisión domiciliaria del arrasatearra. Y todo el facherío, algunos «progres» y hasta algunos que pasan por «rojos» coincidían en referirse al preso vasco por su segundo apellido. Seguro que su intención no era dar relevancia a los apellidos maternos. Más bien parece que el primero les resulta muy complicado.

«El País» titulaba en primera «Prisión para Bolinaga por un expediente perdido 17 años», y «Público», «Prisión domiciliaria para Bolinaga».

Otros, además, hacían gala de una sutileza... rayana con la obscenidad, como «La Razón», que bajo la fotografía de Uribetxebarria afirmaba: «Se acabaron los `potes' con los amigos». En su editorial decía que el preso vasco «está recibiendo un inexplicable trato de favor por parte de la Judicatura». Si eso es trato de favor, ¿qué es lo de Galindo, todos los torturadores indultados, la libertad de uno de los autores de la muerte de Berrueta...? Después decía que, como Uribetxebarria no se ha muerto, «hubiera sido más correcto devolverle a su celda en la prisión alavesa, desde la que podría acudir al tratamiento médico». Y tenía el morro de decir que «No es cuestión de ejecutar una venganza».

En «Abc» también era primera noticia, que titulaba bajo el epígrafe `Ofensiva de las víctimas'. Y precisamente en ese diario, anteayer Jaime González graznaba sobre la citación judicial a Uribetxebarria. No solo se quejaba de que el arrasatearra no esté en la cárcel, sino que «Durante todo el tiempo que Bolinaga lleva viviendo de más (un misterio para el que la Medicina no ha encontrado respuesta), sigo haciéndome la misma pregunta: ¿por qué el Gobierno se metió en el lodazal, a sabiendas deque podía ser duramente cuestionado por amplios sectores sociales, incluyendo la práctica totalidad de los votantes del PP y a no pocas voces de su partido?». Ya saben, la cuestión es no perder votos fachas. Si instauraran la pena de muerte quizá tendrían más, ¿no cree, don Jaime?

Y cambiando de asunto, pero no de familia, su hermano de Vocento «El Diario Vasco» repetía ayer en su última página una noticia que «El Correo» daba anteayer, con el mismo titular: «Putin ya es un hombre libre». No es que estuviese en prisión, como después explicaba. Resulta que el presidente ruso «está oficialmente divorciado de Ludmila después de 30 años de matrimonio». Seguro que Ludmila tiene más motivos para sentirse libre.