Con sus recientes informes, Unicef, Save the Children, la Cruz Roja y Cáritas han puesto cifras a la pobreza infantil que están causando tanto la crisis como las políticas de los gobiernos que, amparándose en una pretendida austeridad, están suprimiendo las ayudas sociales, dejando estas a merced de la buena voluntad de la ciudadanía o, mejor dicho, de la caridad, que está asumiendo la responsabilidad que le corresponde al Estado.

Según Cáritas Europa, el Estado español es el segundo país de la UE con el mayor índice de pobreza infantil, superado solo por Rumanía. «No es solo que haya más niños pobres en España, sino que cada vez son más pobres», advierte Gabriel González-Bueno, responsable de Políticas de Infancia de Unicef. Este lunes, con motivo Día Mundial de la Salud, la Asociación de Economía de la Salud (AES) urgió al Gobierno de Mariano Rajoy a que aplique medidas para combatir la creciente pobreza infantil que, en palabras de la vicepresidenta de la AES, Pilar García, «tiene efectos a largo plazo sobre la salud a nivel educativo y las oportunidades laborales». Para revertir esta problemática y «compensar la inseguridad alimentaria» que afecta a muchas familias, propone la puesta en marcha de «programa de suplemento nutricional en la escuela pública» y en las guarderías consideradas de «bajo coste».

En Grecia, que ocupa el cuarto puesto pobreza infantil, está aumentando de forma alarmante el abandono y otras formas de maltrato de menores. «La crisis está provocando o bien la pérdida de empleo de los padres o que estos vivan en un estado de ansiedad y terror por no poder alimentar a sus familias. Debido a esa inestabilidad emocional, muchos recurren al alcohol, a las drogas o incluso al suicidio», alerta Kostas Yannopoulos, que hace 18 años fundó la ONG La Sonrisa de los Niños. Los hospitales maternos Agia Sofia y Aglaya Kyriakou se han convertido también en centros de acogida. Si hace tres años había 177 menores viviendo en estas instalaciones, el año pasado eran 301. «Hace un año, encontramos a un bebé de dos meses en los ascensores con una nota: háganse cargo de él porque yo no puedo», recuerda el director de ambos hospitales.