No se obtuvo el resultado que se perseguía pero, al menos, se consiguió seguir sumando, que a estas alturas de temporada siempre es importante. Esa es la sensación que quedó en el vestuario rojillo tras no pasar del empate a cero frente al Valladolid. «Bajo mi punto de vista, no es un mal punto, aunque te quedas con la sensación de que, si hubiéramos ganado, habría sido un resultado muy bueno», admitió Damià Abella.

Sin ser un partido especialmente destacable en cuanto a calidad, sí que es cierto que Osasuna hizo más méritos que los pucelanos para hacerse con los tres puntos, al menos durante la primera mitad. A buen seguro que si los de Javi Gracia se hubiesen puesto por delante en el marcador, la victoria se habría quedado en Iruñea, un auténtico espaldarazo para encarrilar la permanencia.

«Si analizas el partido entero, creo que fuimos superiores y merecimos ganar. La primera parte la afrontamos fenomenal y les encerramos atrás, no es que creasemos multitud de ocasiones, pero sí suficientes como para haber metido gol. No pudimos certificar lo que, para mí, ha sido nuestro mejor partido en el último mes y medio», amplió el lateral catalán.

Es el mal endémico que viene padeciendo el cuadro rojillo a lo largo de toda la temporada, su falta de definición de cara al marco contrario. No es casualidad que, con 28 dianas, sea uno de los conjuntos menos realizadores de la categoría. El problema es que, si no marcas, tienes mucho más riesgo de acabar perdiendo, posibilidad que rondó al final del choque contra los albivioletas.

«Más que dejar escapar una oportunidad, no tuvimos acierto. La segunda mitad fue distinta porque los dos equipos nos estiramos más y el partido perdió un poco el aire que había cogido en la primera. En los últimos siete minutos ellos tuvie- ron un par de ocasiones, pero hasta entonces el envite fue nuestro. Incluso en esa segunda parte dispusimos de dos o tres ocasiones muy claras», analizó el defensa rojillo.

Lo que sí parece es que el equipo ha vuelto a recuperar cierta consistencia tras ese periplo negativo en el que llegó a acumular hasta cinco derrotas consecutivas, un lastre que ha llevado a las actuales penurias clasificatorias. Tras esa errática trayectoria, Osasuna acumula ahora tres jornadas consecutivas invicto. «En los últimos partidos, el equipo está con mucha seriedad, recuperando cosas que habíamos perdido y demostrando la valentía y ambición necesarias. Compitiendo así, vamos a lograr el objetivo», aseguró Damià.

El Valencia, un rival de dos caras

Y para lograr la meta de la salvación, al combinado osasunista le hace falta ganar dos de los cinco enfrentamientos que todavía le quedan pendientes, tres de ellos en casa. Precisamente, El Sadar volverá a acoger otra final este sábado frente al Valencia. «Es un rival de dos caras, que no sabes cómo va a salir. Si estamos como ante el Valladolid, con esa actitud, siendo valientes, el partido se puede decantar de nuestro lado. Para ello, habrá que tener acierto y minimizar sus ocasiones», advirtió.

Y contar con el intenso apoyo de la hinchada, como ocurrió el viernes. «Es una suerte tener una afición así, no nos cansamos de darle las gracias. Creo que, aunque no pudimos regalarles un triunfo, sí que se fueron satisfechos por el empeño que le pusimos, vieron nuestra predisposición. Siempre nos han apoyado y no tengo dudas que así va a ser hasta el final».