Jon ORMAZABAL
Final del Parejas de Promoción

Rezusta las gozó todas

Con una pelota quizá excesiva, el de Bergara, bien secundado por Jaka, acabó con la defensa riojana.

GORKA-MERINO I 4

JAKA-REZUSTA 22

Seguro que el material acaparó una gran parte de los comentarios de los aficionados riojanos en su vuelta del Labrit a sus casas, pero tan cierto como que la pelota empleada por los guipuzcoanos era excesiva es que Beñat Rezusta gozó todos y cada uno de los pelotazos que soltó con esa demoledora zurda -solo golpeó la pelota de derecha en cuatro ocasiones-, con la que pegó cuatro rebotes, y se cargó no solo la resistencia de Gorka-Merino, sino una final que fue demolida demasiado pronto.

Apenas diez meses después de que debutaran el pasado día de San Juan en el Astelena de Eibar, Erik Jaka y Beñat Rezusta se plantaron ayer en la bombonera con las ideas muy claras. Sabían que sus opciones pasaban por evitar que Gorka entrara en juego, pero seguro que ni en sus previsiones más optimistas hubieran podido imaginarse un partido en el que se desenvolverían tan cómodamente.

Pero es que, los zurdazos de Beñat Rezusta, muy bien secundado por un Erik Jaka que también colaboró en el hostigamiento al zaguero rival, destrozaron la defensa de Miguel Merino mucho antes de lo que nadie hubiera esperado.

De principio a fin

El zaguero de Villar de Torre había suspendido el último partido de la liguilla de semifinales con problemas de manos y, la verdad, difícilmente podía haber escogido un peor escenario para reaparecer. Por corazón no fue, incluso hizo alguna cosa increíble como esa pelota que llevó a bote-corrido, prácticamente desde la contracancha y desde el nueve, pero enseguida se vio obligado a sacar la bandera blanca de la rendición.

Superado una y otra vez por arriba, Gorka, el delantero que defendía txapela, no fue capaz de enredar el partido en los cuadros alegres en ningún momento y la final quedó vista para sentencia con un parcial de 14-0 con lo que la pareja guipuzcoana se adelantó 1-15.

Todo el gozamiento del de Lizartza -conectó también un buen par de saque-remates- y del de Bergara fue un calvario para el zaguero de Villar de Torre, que ya en la final de hace tres años también se vio superado por un delantero de la misma localidad de Tolosaldea -Olaetxea- y otro gran pegador guipuzcoano -Albisu-.

Sin embargo, pocas veces habrá sufrido tanta impotencia sobre una cancha como ayer. En una final sin botilleros al tratarse de dos parejas de la misma empresa, su padre buscó la reacción acercándose al set de descanso, pero para entonces el daño de los pelotazos de Rezusta era irremediable.

Completamente fuera del partido, los riojanos apenas pudieron sumar cuatro tantos y la final se resolvió mucho antes de lo recomendable, con un partido roto desde el inicio y sin ningún atisbo de emoción en ningún momento.