GARA PRETORIA Marcel GASCÓN (EFE)
20 AÑOS DE DEMOCRACIA EN SUDÁFRICA

ANC celebra los 20 años de democracia con problemas y protestas

Sudáfrica festeja 20 años de democracia con un balance agridulce. La superación del apartheid no se ha traducido en igualdad real ni superación de la pobreza. Zuma lo asume. Hubo protestas violentas sindicales contra el Gobierno.

Día de la Libertad. Es el nombre con que se conoce en Sudáfrica a la fecha de ayer, dado que el 27 de abril de 1994, hace justo 20 años, se produjeron las históricas elecciones multirraciales que convirtieron a Nelson Mandela en el primer presidente negro del país. El Congreso Nacional Africano (ANC) sigue siendo la fuerza claramente hegemónica, aunque el actual presidente del país, Jacob Zuma, está muy lejos del liderazgo mostrado por Madiba, fallecido el pasado 5 de diciembre. Ayer, al menos, no fue abucheado como sí le ocurrió en los funerales de Mandela, ante las cámaras de todo el mundo. Sin embargo, la tensión creciente contra el Gobierno se plasmó en una violenta protesta sindical en Johannesburgo.

La Policía sudafricana intervino con cañones de agua y granadas para dispersar a un grupo de manifestantes pertenecientes al sindicato de Mineros y Construcciones, que intentaron agredir al ministro de Deportes Fikile Mbalula, durante un mitin de ANC, coincidente con este 20 aniversario.

El ministro tuvo que ser sacado de la barriada de Freedom Park en un vehículo blindado. Los enfrentamentos produjeron graves daños materiales: el centro municipal, la sede local de reuniones y el domicilio de un asesor del CNA ardieron hasta los cimientos. No se ha concretado la cifra de heridos.

La celebración llegaba marcada por la pérdida de Mandela y también por las inminentes elecciones (7 de mayo), por lo que Jacob Zuma optó por destacar las luces de estos años, pero sin obviar las evidentes sombras. En un balance general, saludó que Sudáfrica «se ha convertido en un lugar mucho mejor en el que vivir».

En un acto de Estado celebrado en la sede del Gobierno en Pretoria, destacó el logro de la reconciliación: «Nos hemos acercado a nuestro preciado sueño de una Sudáfrica unida, no racial, no sexista, democrática y próspera», aseveró.

Subrayó el éxito de Sudáfrica en el proceso de «curarse las heridas» de un pasado «brutal». «Paso a paso, estamos construyendo la Sudáfica por la que pelearon nuestros luchadores por la libertad», dijo en referencia a Mandela, que tituló precisamene así sus memorias.

Sentado esto, Zuma reconoció también que a Sudáfrica le queda «camino por andar» en la erradicación de la pobreza, la desigualdad y el desempleo. El país se enfrenta a problemas acuciantes como el paro o la falta de cobertura social, que el presidente sudafricano propuso afrontar mediante un plan que tenga como horizonte 2030.

Críticas de Kasrils y Tutu

El descontento con la gestión de Zuma se ha traducido en iniciativas como una campaña de exlíderes del partido que piden no votar esta vez a ANC y hacerlo a otras formaciones cercanas minoritarias. Entre ellos destaca la presencia de Ronnie Kasrils, muy conocido en Euskal Herria como miembro de la Comisión Internacional de Verificación.

El icono de la lucha anti-apartheid y Nobel de la Paz Desmond Tutu no figura en este grupo, pero también ha pedido a la ciudadanía que «no voten como ganado».

Tutu ha criticado reiteradamente la corrupción aparecida en la gestión pública.