Juanjo Basterra
Periodista
TXOKOTIK

El trabajo mata a un trabajador cada 15 segundos

A los Gobiernos, las administraciones públicas y los empresarios no les importa la vida de los trabajadores. Suena duro, pero es la terrible realidad de lo que ocurre. Cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, y otros 160 tienen un accidente laboral.

Sí, en el tiempo en que uno lee este artículo habrán fallecido unos ocho trabajadores, ¡qué desgracia! Resulta que en pleno siglo XXI las condiciones laborales y de prevención de la salud no son las adecuadas. Importa más el beneficio económico de unos pocos empresarios que la vida de millones de trabajadores. Sí, amigos: la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que fallecen en el mundo 2,3 millones de personas por culpa del trabajo y se producen cada año más de 317 millones de accidentes con baja en el mundo.

La sociedad no debería permitir que el trabajo mate. Deberíamos actuar. Tampoco deberíamos permitir que nuestros gobernantes se rasguen las vestiduras ante otras muertes y pasen casi desapercibidos a la hora de poner soluciones a las muertes en el trabajo. Esa dramática situación tiene culpables, que en el 99,9% de las veces no son castigados. ¿Para qué están las leyes? Porque hay varios convenios internacionales y legislación específica para garantizar la prevención, que se incumple. Pero ¿qué vamos a pensar de esos empresarios que saben que dejan que sus trabajadores arriesguen sus vidas por mejorar los beneficios económicos? Y ¿qué podemos pensar de esos gobiernos que en vez de atajar el problema permiten que crezca con leyes que aumentan la precariedad, que dan todas las competencias a los empresarios para que aumenten los ritmos de trabajo y las jornadas laborales?

Así nos pasa, que cada 15 malditos segundos fallece un trabajador en accidente o enfermedad profesional. Son unas 6.300 personas al día. ¡Que injusta es esta vida! Porque en este caso también hay clases, porque quienes más sufren la siniestralidad laboral son los trabajadores. ¿Hasta cuándo vamos a dejar que nuestra salud no se tenga en cuenta ni en los despachos de los gobiernos ni en las direcciones de las empresas? Aurrera!