Hace escasos días un amigo catalán que lleva el original nombre de Jordi, a través del teléfono, me lo decía con un aire mezcla de cansancio y fatalidad, como si de algo inevitable se tratara.

- Mira Fede, a nosotros en España no nos tragan. A vosotros es cierto que os llaman terroristas, asesinos, violentos y un sinfín de improperios más. Pero en el fondo os reconocen como brutos con una cierta posibilidad de recuperación, de simpática nobleza aldeana recubierta si quieres de cortedad de miras, pero nobleza al fin y al cabo y una dignidad equivocada.

Nosotros, en el imaginario español, ocupamos el lugar del taimado negociante; tan ladino como la caricatura del judío creada por la propaganda alemana de los años treinta. Siempre contando monedas en la trastienda y maquinando el cómo conseguir más. Medios de comunicación españoles llegaron a recrear un Jordi Pujol como si el Sméagol del Señor de los anillos. Si hablamos en castellano, nuestro acento es motivo de mofa, si nos expresamos en nuestra lengua lo reciben como agresión. Me conoces desde hace años. Lejano entonces de posturas nacionalistas, ahora, merced a los necios gobernantes de Madrid y a los más necios que les votan, voy descubriéndome casi xenófobo. Sacan lo peor de mí. Nunca me sentí español pero otras cuestiones se me antojaban más urgentes. Ahora siento la pertenencia al Estado español como una rémora para avanzar en mayor justicia e igualdad para los hombres y mujeres que acostumbramos a frotar las hogazas de pan con tomate. Quieren retenernos a la fuerza, como en una relación entre amos y esclavos. Lejos de intentar seducirnos nos insultan y agreden interpretando su Constitución de manera coercitiva, como cárcel de nuestras aspiraciones a ser soberanos.

- Hombre noi, te noto una miqueta encabronat eh, alegra esa cara, que aunque la Brunete esté de maniobras por lo del artículo 8 de la Constitución, al menos en las manifestaciones dentro Catalunya han prohibido las pelotas de goma y desde ahora los mossos utilizarán unas balas viscoelásticas que imagino tienen que ser una maravilla. El ojo creo que te lo sacan igual, pero al ser viscoelásticas, como los colchones Lomónaco, tan adaptables, al quedar envuelto no se te llena de zaborra del suelo con lo molesto que eso resulta.

- Gracias Fede -respondió pareciéndome intuir cierta sorna-, quedo mucho más tranquilo tras escuchar tus palabras.

No me atreví a comunicarle algo peor que la Brunete. Habían anunciado la posibilidad del nombramiento de Antonio Cañizares como arzobispo de Barcelona. El de «la unidad de España es un bien moral y mantener esa unidad corresponde a las exigencias del bien común» y «las comunidades que pidan una especie de autodeterminación, tendrán que buscar unas señas de identidad que ya no será la identidad cristiana porque esta es unificadora». El que rechazó el Estatut por permitir el divorcio, no condenar el aborto, no prohibir los matrimonios entre homosexuales y defender una escuela laica.

Callé como un puta. Y es que yo a Jordi, l'estimo molt.