Continúa la que se lió a raíz de la muerte a tiros de la presidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco, al parecer a manos de madre e hija afiliadas al PP, a cuenta de los mensajes del personal en Twitter. El PP, tan dado a las cruzadas y a las redadas para el telediario, amenaza con endurecer la legislación y alardea de haber detenido a unos cuantos chavales por «menospreciar» a las víctimas.

No es intención de servidora traer a esta lupa ese debate. Allá cada cual, que a todos se les juzgue por lo que hacen y a nadie por lo que piensa. Y dicho eso, que dejen a los chavales en paz y que empiecen por los peces gordos; por ejemplo, por los columnistas filofranquistas.

Una, que tiene memoria de silicio, recuerda cómo hace menos de un año Hermann Tertsch publicó un tweet espeluznante: «ERC se querellará contra el Estado por el fusilamiento de Companys. De las pocas ejecuciones de Franco que habría aplaudido toda democracia». Sin comentario, y casi casi deja a una sin respiración.

Servidora no sabe mucho de códigos penales, pero si aplaudir públicamente el fusilamiento del president de Catalunya detenido por los nazis y entregado a los franquistas no es enaltecimiento, humillación, menosprecio e incitación al odio, que me lo explique alguien.

El excomunista reconvertido en filofranquista volvía ayer a la carga en «Abc» para afirmar que «las redes albergan canallas en todo el mundo. Solo en España forman una gran banda organizada para imponer también allí las mentiras que han determinado nuestro fracaso histórico». ¿Y cuáles son esas mentiras? «El antifranquismo, esa gran farsa que envenena y paraliza cultural, política y moralmente a la sociedad española».

Y claro, para él los chavales de hoy tienen un único «bagaje político, la subcultura del revanchismo, el espíritu del ajuste de cuentas que es el de la Guerra Civil». De ahí deriva que el «odio movilizado triunfe en la red».

Me hierve la sangre al ver en los telediarios tweets más o menos afortunados de chavalas y chavales y leer a columnistas de esta calaña. El canalla este, que aplaudió en twitter el fusilamiento de Companys, es un espejo de cómo andan los fascistas en la red. Como siempre lo han hecho, con total impunidad.