Los de Rafa Pueyo no conocen ninguna isla afortunada
A partir de un 17-0 de parcial adverso, Bilbao Basket tuvo que ir a remolque. Los locales mostraron más intensidad. Por precaución, Raül López apenas jugó.

IBEROSTAR TENERIFE 96
BILBAO BASKET 85
Las Canarias no son islas afortunadas para Bilbao Basket. Los hombres de negro cayeron con absoluta claridad frente a Iberostar Tenerife, después de un segundo cuarto calamitoso en extremo que mediatizó el encuentro. La falta de intensidad defensiva y la derrota en la pelea del rebote jugaron en contra de un Bilbao Basket que al final se tuvo que conformar con maquillar el resultado, tras haber ido con más de 20 puntos de desventaja. Asimismo, Raül López, que llegaba con molestias, apenas pudo disponer de dos minutos sobre el parqué.
De la mano de la pareja formada por Alberto Díaz y Alex Mumbrú, fue Bilbao Basket el primero en golpear, al ponerse 16-21 en la parte final del primer cuarto. Todo se iba a torcer a partir de ese momento.
Carl English entraba en la rotación tinerfeña, y del impulso del escolta canadiense se rompería el partido. El exbaskonista, después de que su equipo llegase al segundo asalto con 27-25 a su favor, lideró un parcial de 17-0 que rompía definitivamente el partido. Jugadores como Bivià y Levi Rost echaban una mano cerrando el rebote, mientras que a English también le salían aliados en el apartado anotador. Hombres como Saúl Blanco, Kickert y Luke Sikma superaban la decena de puntos ante un rival que naufragaba en defensa y además perdía a Raül López, al que se decidía parar por precaución. Para cuando regresó Alberto Díaz a la cancha, con su intensidad defensiva a cuestas, el duelo estaba plenamente decantado para los locales, que llegaban al receso con un escandaloso 55-38 a su favor.
Vrkic bien... de escolta
Ante las ausencias de Grimau y Raül López, Rafa Pueyo tuvo que echarle imaginación al asunto, y decidió dar minutos a Vrkic, que jugó durante mucho rato de escolta, ante el nuevo naufragio de un Fran Pilepic que no logra continuidad con su entrenador. Con Díaz, Mumbrú y Vrkic, Bilbao Basket al menos ganaba en presencia en la cancha.
Esa mejora en el aspecto físico igualó un poco el duelo reboteador, pero en el marcador no tuvo tanto efecto. Cada vez que los bilbainos parecían tener opciones de meterse en el partido, Iberostar Tenerife, equipo en el que todos sus integrantes sumaron al menos una canasta, conseguía enlazar un par de buenas acciones, de forma que su renta se mantenía siempre por encima de los 10 puntos.
Tras el 73-59 con el que se llegaba al final del tercer período, los de La Laguna apretaron un poco más, buscando despedirse de su gente de la mejor manera posible, un partido que significó además la despedida de dos viejos rockeros como Chagoyen y Fajardo. De esta forma, el Santiago Martín pudo ver a sus muchachos elevar su renta hasta los 23 puntos, 84-61, a más de siete minutos para el final.
Cabizbajos a casa
El resto fueron minutos de la basura. Los de Alejandro Martínez cesaron de apretar, mientras que Bilbao Basket, con Hervelle y Vrkic echándole un poco de dignidad, recortaba su desventaja hasta límites mínimamente tolerables.
El alero croata terminaría eliminado por personales en unos minutos intrascedentes para el marcador, aunque importantes porque dejaron ver su competitiva actitud. De esa actitud y del bajón en la intensidad de Iberostar Tenerife se llegó al 96-85 final, pero mientras los tinerfeños festejaban el adiós a la temporada en su cancha, los bilbainos regresaban cabizbajos. El sufrimiento terminará el sábado a las 18.30 ante el Obradoiro.
Pueyo: «A ver si podemos brindarle una última victoria a nuestra afición»
«En estos partidos en los que no hay nada en juego en la clasificación, el equipo que pone un poco más de intensidad se lleva el gato al agua», reconocía Rafa Pueyo. «Hemos empezado bien, pero sin intensidad, y cuando ellos han apretado en defensa, nosotros hemos perdido la concentración», añadía.
«Habían roto el partido, aunque hemos hecho un gran esfuerzo tras el descanso. Nos llevamos los dos últimos cuartos, pero ya resultaba muy difícil remontar», concluía un Pueyo que admitía tener ganas de acabar.
«Como Iberostar Tenerife, a ver si contra el Obradoiro le brindamos una última victoria a la afición en casa», dijo. A. G.

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