Llegan las vacas flacas y Osasuna se va ver abocado a una profunda remodelación, especialmente de su plantilla, que es el apartado de mayor gasto. La casuística es muy variada: habrá futbolistas apetecidos por otros clubes, quienes no quieran jugar en Segunda ni ver rebajado su salario, los que no cuenten para el todavía desconocido staff técnico y, finalmente, aquellos que deberán tirar de un pesado carro. Grosso modo, aquí se detalla un avance de cuál puede ser el futuro.

Cuerpo técnico. No haber conseguido el objetivo de la permanencia debería ser suficiente argumento para que Javi Gracia no continúe, amén de que parece tener otras ofertas. Sin embargo, no hay que olvidarse que fue él quien ascendió al Almería, lo que implica un conocimiento importante de la categoría de plata, un punto a su favor para continuar. Que ni entrenador ni presidente hayan dejado claras sus intenciones es un síntoma de que el relevo en el banquillo sea lo más probable.

Portería. Aunque no ha rendido al mismo nivel que en anteriores temporadas, no cabe duda de que Andrés Fernández tiene cartel y será uno de los que con seguridad estará en la rampa de salida. Lo lógico es que Asier Riesgo pase a ser el guardameta titular en Segunda con plenas garantías y que Ander Cantero dé un paso más en su proyección siendo el portero en la recámara.

Defensa. Alejandro Arribas ya forzó el verano pasado para salir de Osasuna, con lo que, faltándole un único año de contrato, será traspasado, esta vez con el beneplácito del club. El Sevilla preguntó por él el año pasado, habrá que ver si el interés permanece. Marc Bertrán también tiene muchos boletos para salir al finalizar su compromiso, de no mediar una importante rebaja salarial. Es una incógnita si otros futbolistas con contrato -Damià, Lotiés y Joan Oriol- seguirán, si bien desarmar todo el armazón defensivo no parece una buena idea. Miguel Flaño, como hombre de la casa, debe ser quien lidere esta línea, con la duda de la continuidad del inédito Satrustegi.

Pivotes. Gato Silva se irá sí o sí, después de sus escarceos en el mercado invernal y sus quejas por no cobrar a tiempo. El hecho de que no haya jugado ni un solo minuto en los dos últimos partidos, claves en el intento de evitar el descenso, dice mucho de que el internacional chileno está con la mente en otro sitio. Si Raoul Loé resulta finalmente elegido por Camerún y juega en Brasil, ese escaparate podría suponer algún ingreso económico para el club, mientras que Lolo es más que probable que opte por cambiar de aires. Con la retirada de Patxi Puñal, Oier es quien debe recoger el testigo y ocupar su lugar en el campo, afianzándole como pivote y no mareándole con diversas posiciones que no hacen sino menguar su rendimiento.

Interiores y mediapuntas. Dependerá del mercado y de las intenciones de los jugadores, pero puede ser una de las líneas con más cambios. Cejudo será difícil que esté por la labor de jugar en Segunda y ha sonado para otros equipos. Armenteros y De las Cuevas ya han jugado en la categoría de plata, ambos tienen contratos en vigor, pero habría que ver la predisposición que tienen a rebajar sus fichas, mientras que la continuidad de Lobato es toda una incógnita, dados sus problemas físicos, algo que también cabría atribuir a Sisi. Como Flaño y Oier, Roberto Torres debería ganar peso específico y ser uno de los baluartes del equipo, de no mediar alguna oferta interesante y que la entidad rojilla debería atender por sus problemas de caja.

Delanteros. Pese a que sigue comprometido con Osasuna, se antoja un imposible que Oriol Riera se quede en Iruñea. Sus 13 dianas y las maneras que ha apuntado no son para Segunda y es el mejor valor para que el club ingrese dinero. Nino finaliza contrato -ya se le quiso rescindir en Navidades-, parece poco probable que continúe la cesión del comprometido y luchador Acuña, y el único que quedaría en la nómina de delanteros sería Manu Onwu.