Andoni ARABAOLAZA
HIMALAYA | Intensa actividad en el tercer ochomil más alto

El Kangchenjunga centra la atención ochomilística

El ochomil ha recibido un gran número de ascensiones; entre ellas destaca la de Denis Urubko en solitario por la cara norte tras abrir una variante a la vía británica. Alex Txikon se queda a 100 metros. Carlos Soria, con 75 años, hace cima por la ruta normal de la sur.

Tras la muerte en accidente laboral de 16 sherpas mientras trabajaban en el equipamiento de la Cascada de Hielo del Everest, la atención informativa se ha centrado en otros ochomiles. En esta temporada del pre-monzón, quizás es el Kangchenjunga (8.586 m), la tercera montaña más alta de la Tierra, el que por el momento está centrando la mirada de casi todos.

La verdad sea dicha, esta montaña muy complicada está recibiendo un gran número de ascensiones; todas ellas menos una por la vía normal de la cara sur. Esa excepción justamente es la única que le ha dado un toque de distinción a estas actividades que se llevan a cabo en el Kangchenjunga; nos referimos a la expedición en la que ha participado Alex Txikon y que ha tenido como lider a Denis Urubko. Justamente el kazajo hacía cima en solitario por la vertiente norte tras abrir una variante de mil metros a la vía británica. Txikon se quedó a 100 metros de la cima.

Por lo demás, más ascensiones clásicas (todas ellas por la sur) por especialistas de renombre: Nives Meroi, Romano Benet, Jorge Egocheaga... Sin olvidarnos la de Carlos Soria quien con 75 años ha sido capaz de pisar la cumbre del tercer ochomil más alto; el «abuelo» cuenta ya con 11 ochomiles.

De todas estas actividades centraremos la crónica en la realizada por el equipo liderado por Urubko, en el que ha participado Txikon. El equipo del kazajo tenía un objetivo muy que muy ambicioso: la apertura de una línea directa en estilo alpino en plena cara del ochomil. Le acompañaban en el reto el propio alpinista de Lemoa y el polaco Adam Bielecki.

Pero antes de hincar el diente a dicha apertura, el trío «aclimató» en la vía británica; la ruta abierta nada más y nada menos que en 1979 por un excepcional trío formado por los Boardman, Scott y Tasker. En dicha aclimatación también participaron los rusos Dmitri Sinev y Arten Braun; aunque más que aclimatar era el objetivo principal del dúo.

Todos ellos empezaron a trabajar en la vía, y, enseguida, se dieron cuenta que los seracs situados entre el campo 1 y el 2 estaban muy precarios. Así, el quintento tomó la decisión de abrir una variante de mil metros entre el campo 1 y el 3; entre los 6.000 y el collado norte situado a 7.050 metros. Según adelantaba Txikon, por medio 18 nuevos largos tiesos y técnicos.

Tras dejar la montaña más o menos equipada, estos protagonistas, al igual que los que iban por la vertiente sur, aprovecharon la ventana de buen tiempo que les habían adelantado. El pasado día 14 salen del campo base Bielecki, Sinev y Txikon. Un día más tarde Braun y Urubko. Dos días más tarde, al no poder llegar al hombro (7.500 m) montan las tiendas a 7.250 metros y siguen equipando: «Por delante teníamos secciones técnicas. Entre otros, hice un largo precioso y durísimo de 70 metros y una dificultad en roca de 6a», informa Txikon.

Al día siguiente, más largos técnicos (encuentran cuerdas viejas en tramos verticales) e instalan las tiendas a 7.600 metros. El propio alpinista vasco afirma que fueron jornadas muy duras de hasta 12 horas: «Las dos jornadas antes del ataque a cima fueron demasiado duras, pero estábamos muy altos y no podíamos desaprovechar la oportiunidad de tirar hacia la cumbre».

Urubko lo consiguió

El 18 todos estaban preparados para intentar llegar a los 8.586 metros; es decir, a la cima. Tal y como adelanta el de Lemoa, a partir de los 7.800 metros la cosa se pone seria: «Fue más complicado de lo que esperábamos: placas de hielo, secciones de mixto prácticamnete verticales, rampas de 60º de hielo cristal... Y todo ello a pelo sin equipar. Eso nos fue desgastando y retrasando hasta llevarnos al límite».

A pesar de la dura situación, los alpinistas siguen para arriba. Bielecki insinúa a Txikon en varias ocasiones que deben darse media vuelta: «No le hago caso, y es que el objetivo de la cumbre y la travesía norte-sur de la montaña no me dejaba pensar. Hasta que más o menos hacia las 4 de la tarde Adam me paró los pies. Fue la decisión perfecta y emprendimos el descenso tras 22 horas de actividad. Creo que estábamos a casi 8.500 metros, ya que teníamos a la misma altura la cima del Yalung Kang».

Descenso con complicaciones (con caída de Bielecki incluida) al último campo. Al día siguiente, día 19, Urubko es el único que decide intentar de nuevo la cima. Sale a las 5 de la mañana y 4 horas y media más tarde pisa la cumbre. Finalmente, tras un duro descenso, todos llegan al campo base. Txikon con un dedo del pie tocado, y sentencia: «Han sido los 3 días más al límite de mi vida». Una vez analizada la pared norte, Urubko, Bielecki y Txikon deciden no intentar abrir la nueva vía por las peligrosas condiciones de la pared.

75 años

Un día antes de la cima del kazajo, Carlos Soria hacia lo propio pero en este caso por la vía normal de la sur. ¡Eso sí, con 75 años! Tras el Kangchenjunga, al alpinista abulense ya le faltan solo tres para completar los 14 ochomiles: Shisha Pangma, Annapurna y Dhaulagiri.