Como decía la semana pasada, parece que la fusión de los glaciares y banquisas polares es un proceso, según algunos científicos, irreversible. El efecto más mediático parece ser la subida del nivel del agua de los océanos y lo que ello conlleva para las poblaciones costeras. Pero un problema quizás más serio sería la creación de situaciones climáticas extremas con grandes sequías, precipitaciones masivas, grandes fríos y calores en zonas desacostumbradas. Todo extremoso, el fin de los tiempos, como parece probarlo el verosímil rumor de que la próxima presidente de la Comisión Europea será, sí, Christine Lagarde, muy bien vista por Ángela, para poner orden en este gallinero, que hace falta mano dura dado que el remedio para todo y lo que tenemos que hacer es cobrar menos. Lo mismo podría ser presidente DSK que daría el mismo morbo. Y hablando de este último, leo que la dicha Comisión Europea ha aprobado la introducción de un oso macho en Val d´Aran, en beneficio de la reproducción de la especie, que en su vertiente macho anda algo distraída aunque los ganaderos del Pirineo Francés no lo tienen ni medio claro. Siempre nos queda algún rincón en el mundo con poesía, así que el parlamento japonés (oposición incluida) acaba de declarar una nueva fiesta oficial en el país: el Día de la Montaña, 11 de agosto. Dado que entre las 16 fiestas oficiales estaban el Día del mar o del Océano, el Día de los Niños, los de los Equinoccios y el de la Vegetación, se echaba en falta el recién llegado.