Arnaitz GORRITI
Derrota ante el Barça y adiós a la temporada

La refundación baskonista seguirá el año que viene

Los gasteiztarras lo pusieron todo de su parte, pero su rival se mostró muy superior a partir del segundo cuarto. Pudo ser el adiós baskonista de Nocioni.

LABORAL KUTXA BASKONIA 71

BARCELONA 95

Se acabó la temporada de la refundación. Después de mil y una irregularidades en el juego de Laboral Kutxa Baskonia, el conjunto que -aún- dirige Sergio Scariolo acabó la campaña como la empezó: cayendo de paliza ante el Barça, que hizo gala de una inacabable cantidad de recursos. Aunque el Buesa Arena no terminó de llenarse -toda vez que un buen puñado de aficionados llegaron algo tarde, ya que empalmaron el partido de fútbol de Mendizorrotza con el duelo de basket-, ofreció un ambiente de gala, pero insuficiente ante un Barcelona sólido siempre, y a ratos en ebullición.

Uno de los que más bulló fue Maciej Lampe. Sí, el mismo que a veces parecía ser víctima de la narcolepsia, la abulia y la indiferencia. El polaco, que se descolgaba con unas declaraciones despreciativas hacia su exequipo en la previa al segundo duelo, fue uno de los que más empeño le puso en la victoria culé, mientras que Navarro, al que hay que destacarle su capacidad de jugar a baloncesto tanto como la de sacar de quicio a la gente, explotó en el segundo cuarto anotando 13 puntos consecutivos, provocando la primera gran escapada catalana.

En rigor, Laboral Kutxa Baskonia jugó bien, a pesar de algunos despistes en los pases de Heurtel o de que a Renfroe se le notara falta de acoplamiento. Nada se le puede reprochar a la actitud baskonista, que salvó un primer 0-7 adverso de la mano de Causeur y San Emeterio. Nada se puede decir de un Pleiss que volvió a superar a Tomic, cargado de faltas, pero que padeció ante el rocoso Dorsey. La cuestión es que hay un escalón de diferencia entre gasteiztarras y barceloneses. Tal vez otro segundo base, una mejor prestación de Hanga, otro ala-pívot... En resumen, un poco de los recursos que sí tiene el Barça, «regalado», en buena medida, por parte de la propia escuadra baskonista. Así es la vida.

El primer estirón culé llegaba mediado el segundo cuarto. Navarro, el cual se resiste a que lo consideren acabado y que ante el Baskonia se crece, anotó sus 13 puntos seguidos, con la ayuda de un espectacular Dorsey, capaz de barrer mil y un balones que titubeaban en el aro culé, y que machacaba a la que le llegaba la oportunidad. Los gasteiztarras aguantaban con canastas de Nocioni, pero el santafecino, que probablemente ayer jugara su último partido como baskonista, no alcanzaba a tapar la hemorragia. 37-49 al descanso.

Desesperación

La segunda mitad al completo fue un ejercicio de impotencia. No faltó garra y tampoco intensidad, pero sí que hubo carencia de fe. Los despistes defensivos de Hamilton y Pleiss, las innumerables asistencias culés y pérdidas de balón puntuales de los de Scariolo, hicieron calar la desesperación baskonista.

Y el Barça, con Lampe y Pullen en estado de gracia, disparó su ventaja por encima de la veintena, haciendo que los cinco últimos minutos se hicieran muy largos, con el colofón del adiós de Nocioni, al que se le despidió con Zurbano en pie. La refundación, para el año que viene.

Adiós sin confirmar de Nocioni y Scariolo

El pospartido estuvo lleno de despedidas sin confirmar, empezando por Nocioni y Sergio Scariolo. El «Chapu», por ejemplo, reconocía que «el Baskonia es patrimonio de Gasteiz y el País Vasco, pero en tres años no logré que el equipo pueda volver a estar arriba. Uno no es que no quiera, no es el fin de mi carrera y seguiré jugando, pero no sé dónde. Tendré que sentarme a evaluar, porque uno tiene que tomar decisiones que pueden doler».

Sergio Scariolo, reconociendo que «el rival ha sido muy superior», solo quiso hablar del partido. «El equipo en ningún momento ha tirado la toalla. Ha luchado para recuperar hasta el final, con desacierto, pero con ganas de intentarlo», declaró, al tiempo que lamentó que «la lesión del Chapu en el último cuarto del partido del Palau, pudo suponer perder la oportunidad de ganar».

No escatimó agradecimientos a los jugadores y técnicos, pero de ninguna manera quiso añadir nada sobre su continuidad. «Ya hablaremos de todo lo demás cuando sea el momento», culminó. A. G.