Aunque las apuestas no le sitúan en la pole position del banquillo osasunista, Jan Urban no pierde la esperanza de dirigir a la escuadra navarra la próxima temporada e incluso reconoce que «he dicho que `no' a otros equipos en Polonia porque sabía que podía haber una oportunidad en Osasuna».

En una entrevista concedida a la agencia EFE, el que fue jugador y posteriormente técnico rojillo apunta al equilibrio entre gente de casa y de fuera como la filosofía que enarbolaría, caso de ser finalmente el elegido. «Incluso en algún momento se empezó a traer gente de fuera al fútbol base», critica.

«Es cierto que hoy todo está globalizado, pero tiene que haber un cierto equilibrio para ser lo que siempre fue Osasuna: un club vendedor, y para eso hay que tener paciencia, cuidar la cantera y sacar algún futbolista para poder vender», amplía.

A su juicio, la fórmula en la que se mezclen a partes iguales cantera y paciencia es la clave del éxito. «Un jugador joven debe tener toda la confianza del mundo, eso hace que todos los demás vean que, si trabajan bien y hacen progresos, tendrán la oportunidad de estar arriba. No se puede poner a alguien solo porque es joven y de la cantera, tiene que merecerlo, por eso, si alguno destaca, hay que ilusionarle, tenerle cerca», matiza.

Ahora más preparado

El entrenador polaco, que admite que le haría «mucha, mucha ilusión, entrenar a los rojillos», resalta que ahora está mucho más preparado para hacerse con el primer equipo. «Me marché a Polonia a entrenar porque sabía que era uno de los caminos para tener más opciones de dirigir en el futuro a Osasuna. Fue un acierto porque he adquirido experiencia, jugado en competiciones europeas, entrenado a jugadores de diferentes partes del mundo y me siento más preparado».

Secundado por Kibu Vicuña, Jan Urban ganó una Liga, dos Copas y una Supercopa con el Legia Varsovia, incluyendo el doblete de la campaña 2012-2013. Ambos fueron destituidos hace unos meses, coincidiendo con el cambio de dueño del club, pese a ir líderes.