Osasuna ya tiene 2'5 millones de euros para aliviar, siquiera mínimamente, su crítica situación económica. El Wigan Athletic, actualmente en la Championship League, hizo efectiva ayer la cláusula de rescisión de Oriol Riera -más el 5% correspondiente al fondo de solidaridad para sus anteriores equipos-, que defenderá la camiseta del equipo inglés durante las tres próximas temporadas.

El propio Riera lo hizo público a través de las redes sociales e incluso colgó un emotivo vídeo en su página web. Podían verse también allí las imágenes de su llegada al DW Stadium, donde pasó el pertinente reconocimiento médico para posar después con la bufanda del Wigan y el nuevo entrenador del equipo británico, Uwe Rosler.

El técnico alemán se mostró encantado con la llegada de Oriol Riera. «Ha conseguido la mayoría de goles de Osasuna. Creo que les gustará a nuestros aficionados porque es muy directo, físico y bueno en el juego aéreo. Estaba en los planes de otros muchos clubes y estamos encantados de ficharle», subrayó Rosler, que considera que el ariete «está mentalmente preparado para afrontar la oportunidad de jugar en Inglaterra. Y para nosotros es el tipo de jugador que faltaba en el equipo».

Igualmente «encantado» se reconoció Riera, que se ha revelado como uno de los mejores fichajes de Osasuna en los últimos tiempos, ya que a su rendimiento con la camiseta rojilla -máximo goleador del equipo en su única temporada, con 13 goles- le une ahora esta importante entrada de dinero, más necesaria que nunca.

El propio jugador explicó que el proceso de su traspaso se ha dilatado precisamente por la «importancia de que la cláusula se pagara entera porque el club necesita esa inyección económica». Es el principal motivo por el que Riera ha fichado por el Wigan, pese a que eran numerosos los equipos interesados en contar con sus servicios. El principal pero no el único porque también supone «cumplir con una ilusión que he tenido siempre de jugar en Inglaterra» y, según explicó el delantero en su vídeo de despedida, tampoco está «por la labor de jugar en Primera con otro equipo que no sea Osasuna. He vivido un año que han parecido cinco, con cosas buenas y algunas peores, pero muy intenso. Sobre todo, me he sentido muy querido, un orgullo que guardaré para siempre y unas sensaciones que no quiero vivir en otro equipo de Primera. Prefiero marcharme fuera y conocer otra cultura y otro fútbol».

Riera mostró su agradecimiento a todos los empleados del club, a sus compañeros de equipo, a las personas con las que, en general, ha convivido en Iruñea a lo largo de los últimos meses, pero sobre todo, «a la afición, que me ganó el corazón desde elprimer día». «He podido entender el sentimiento osasunista, rojo», aseguró, para subrayar que «he sentido, y mi familia también, un calor dentro y fuera del campo, que no había sentido nunca».

Recordaba especialmente el delantero «el último partido. Habíamos bajado y la afición seguía en el campo. Sin silbidos, sin reproches, cantando que volveremos a Primera. Se me hizo un nudo en el corazón, esta gente es admirable». Riera, de hecho, aseguró que «soy un osasunista más y siempre seguiré a Osasuna vaya donde vaya, y ojalá pueda volver algún día de una manera u otra».