El Txupinazo

DESDE EL RESPETO INSTITUCIONAL
ZINEGOTZI
Por la mitra nueva de San Fermín! ¡Qué grandioso espectáculo es el Chupinazo! Se me saltan las lágrimas solo de pensar en esa masa humana en blanco y rojo, integrada por nativos y foráneos, y hermanada por el fervor al santo moreno y a sus fiestas sinigual. Unos festejos en los que, por encima del sano desenfreno, debe primar el respeto, especialmente institucional. Porque una cosa es la alegría festiva y otra bien distinta intentar pescar (o pecar) en el río revuelto de la algarabía.
Menos mal que para evitar el libertinaje, siempre podemos contar con el jefe Simón Santamaría y el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que, como si fueran un blindado capotico de San Fermín, se encargan de velar por el correcto discurrir de las fiestas dentro de los márgenes constitucionales que deben presidir nuestras vidas.
Por ese motivo, quiero aprovechar esta tribuna pública para pedir que se levante un monumento al también munícipe Joaquín Ilundain, que tuvo la genial idea de llevar ese primer cohete festivo de la Plaza del Castillo, que terminaba siendo tirado por el primero que pasaba, al honorable balcón de la Casa Consistorial, desde donde es lanzado por alguien que realmente se lo merece. Chupinazo popular sí, pero sin caer en el populismo de que cualquiera pueda prender la mecha festiva. ¡Pues solo faltaba!
LOS SWAT DE MORRÁS Y TJ, EN EL TEJADOKARABINAGRE
Por las vinajeras de San Lorenzo! Ya está este canso con la matraca del sacrosanto respeto institucional. Qué aburrimiento ese afán tuyo por poner puertas al campo e intentar controlar la fiesta. Que si igual ponemos un carnet para correr el encierro, que no se puede llevar banderas al cohete... ¿Qué va a ser lo siguiente, ababol?, ¿pintar el suelo de la plaza del Ayuntamiento con un montón de cuadradicos numerados y repartir los correspondientes pases de acceso a ciudadanos que presenten un certificado de buena conducta firmado por el alcalde, el cabildo catedralicio y Santamaría, hostia pro nobis?
En lugar de tanto respeto institucional, más saludable sería respetar las fiestas, que a este paso no se va a poder echar un pote en condiciones. Por si no teníamos bastante con los munipas hormonados de la Fundición Simón, ahora el consejero de Interior, Javier Morrás, ha decidido hacer del Harrelson de la serie de los 70 y desplegar a sus particulares SWAT forales por la Plaza Consistorial para garantizar que nada pueda perturbar el Txupinazo sin pluralidad que siempre buscáis. ¡Pero si hasta se podía ver al pringao de TJ en el tejado! Más os valdría aparcar en zona naranja vuestras paranoias y dejar que el cohete fluya por sí mismo, como quiera la gente, que, os guste o no, es la verdadera protagonista del «momentico» por antonomasia.

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