«Ganar junto a Buckingham Palace se parece mucho a hacerlo en los Campos Elíseos», afirmó el alemán Marcel Kittel, que ganó en Londres su segunda etapa en el presente Tour. «Era una etapa para los sprinters, no era muy dura. Ha sido extraordinario ganar frente a Buckingham Palace, las carreteras eran maravillosas para sprintar y estoy feliz», añadía el velocista.

Kittel indicó que la baja de Cavendish hace que «las cosas cambien, porque hay menos equipos que preparan los sprints», pero que «sigue habiendo rivales duros, como Sagan, Greipel o Demare. No todo está ganado en el Tour, siempre pueden pasar cosas. Pero es cierto que hoy el equipo ha hecho un trabajo fantástico, todo ha salido perfecto», afirmó.

Por último, el germano dijo desconocer si Fernando Alonso está negociando la compra de la licencia de su equipo, el Giant Shimano, tal y como adelantaba ayer el diario «L'Équipe». «Es la primera vez que lo escucho, sé que hay muchos rumores y había oído que Alonso quería entrar en el ciclismo. Lo único que puedo decir es que nuestro manager nos dijo que nuestro futuro estaba garantizado», aseguró.

El líder Vincenzo Nibali, que llegará con el maillot amarillo a territorio francés, declaraba por su parte que «mañana tenemos opciones de mantenerlo y vamos a trabajar en ello. Luego, en la etapa de los adoquines, las cosas son diferentes. Habrá que probar el material y ya se verá». El ciclista del Astana reiteró que será muy complicado conservarlo hasta París.

Alberto Contador también estaba satisfecho de haber salvado las tres primeras etapas «sin percances y gastando lo menos posible». El madrileño añadía que «el equipo ha estado formidable» y que «ahora tenemos que descansar porque mañana también llega una jornada muy nerviosa». El del Tinkoff terminaba reconociendo que «no he tenido miedo, pero sí respeto, porque una caída puede echar al traste con toda la preparación. Es mejor estar adelante».