Se observa un cambio en la trayectoria creativa de James Gray con «The Inmigrant», orientada ahora hacia el cine de época, y que su próximo proyecto «The Lost City of Z» confirmará del todo. Se atreverá con la biografía del mítico aventurero Percy Fawcett, desaparecido durante una expedición por la jungla amazónica en 1925. Por lo tanto, el quinto largometraje recién estrenado, tras su discreto paso por Cannes, puede ser considerado como una obra de transición que rompe con la etapa previa cerrada con «Two Lovers».

Pero no todo son cambios en «The Inmigrant», toda vez que Gray se mantiene fiel a su actor predilecto Joaquin Phoenix, si bien en esta ocasión tiene un rol más secundario y cede el protagonismo a la estelar Marion Cotillard. Con ella ensaya un tipo de interpretación expresionista, inspirada directamente en las actrices del cine mudo, así como en los primeros planos de cineastas puros en la tradición de Dreyer o Bresson.

También es cierto que Gray siempre se sintió interesado por sus orígenes ucranianos, incluso desde su ópera prima «Little Odessa», sobre las mafias rusas en los Estados Unidos. Para escribir el guión de «The Inmigrant», de nuevo junto a Ric Menello, se ha basado en los recuerdos de su propia familia, remontándose hasta la generación de su bisabuelo. Aunque los problemas evocados para entrar en el país los vivieron sus abuelos.

Desde el punto de vista narrativo, Gray opta por el melodrama de época en todos los sentidos, hasta el punto de que, además de poner el acento en la dirección interpretativa de estilo operístico, ha concentrado sus mayores esfuerzos en conseguir una fotografía en color a la vieja usanza. Para ello su operador Darius Khondji se ha inspirado en las placas autocromas y demás sistemas de color pioneros cercanos a lo que luego sería la polaroid. Es de gran mérito que con un limitado presupuesto de 16 millones de dólares haya conseguido una ambientación realista, a lo que contribuye en gran medida la veraz caracterización de Marion Cotillard hablando en polaco.