Dos veces segundo esta temporada en una etapa del Tour y una vez en el pasado, el noruego Alexander Kristoff logró por fin el triunfo que soñaba desde niño en la ronda gala, aunque lo sitúa un escalón por debajo de la victoria que consiguió en la Milán-San Remo -«porque es una clásica más intensa»-.

«Al fin ha llegado, creo que ya me tocaba», dijo el del Katusha. «Esta es la segunda victoria más importante de mi carrera, pero es algo que soñaba desde niño», indicó antes de asegurar que el triunfo «va a liberar un poco al equipo, que podrá centrarse en conseguir el maillot de la montaña» con Purito Rodríguez.

Precisamente Joaquim Rodríguez se mostró dubitativo ante la llegada de los Alpes. La etapa de hoy incluye tres puertos, el Col de la Croix de Montvieux (3ª, km 24), el Col de Palaquit (1ª, km 152 y la meta en Chamrousse (Categoría especial). «Es una etapa exigente, creo que será complicado entrar en la fuga porque el primer puerto no es demasiado duro y luego tenemos 100 kilómetros llanos. Tenemos la duda de si para sumar puntos debemos meternos en la fuga o guardarnos para el final», declaró el catalán del Katusha.

Por su parte, el líder Vincenzo Nibali, además de tener que responder por temas de dopaje y el sombrío pasado de su equipo, el Astana, afirmó no conocer bien las dos etapas alpinas que se avecinan, pero reconoció que «temo más la segunda etapa alpina (con final en el puerto de Risoul, categoría especial). En la primera todo el mundo está con las fuerzas más intactas y en la segunda estás más cansado y puedes pagar los esfuerzos». Por eso, «vamos a intentar controlarlo con el equipo y defender el maillot. Estoy convencido de que mis rivales atacarán, pero si tengo la opción de sacar unos segundos no lo dudaré», agregó.

Richie Porte, segundo de la general y jefe de filas del Sky, vaticina «dos días cruciales».