El Arenal, un gran taller de aprendices
Desde hacer acrobacias hasta bañarse en la piscina de Kaskagorri, la oferta es sin duda muy atrayente en las matinales

He conseguido mi objetivo, que bilbainos y foráneos comenten mis reflexiones en alto. Dicen por ejemplo que el tema de la gaupasa ha sido objeto de divertida polémica al otro lado de la autopista. Bien está, pues sazonar el cariño con un poco de pimienta ayuda a engrasar las relaciones y reforzar los hermanamientos; por supuesto, desde la sana camaradería, no como otros que se dedican a malmeter a diestra y siniestra. Filibusteros y bucaneros del este, mi casa es vuestra casa y si queréis parranda, en la redacción de GARA conocen mis señas.
Por cierto, hablando de fiesta, más de uno comenta si los enemigos de Aste Nagusia lograrán adulterarla alguna vez. No creo, las comparsas hace tiempo que comenzaron a cuidar la cantera. Para que no nos suceda lo de convertirnos en un sucedáneo de la Feria de Abril, las comparsas, las auténticas almas de este jolgorio, se esmeran en su programación. Pagarse unos pintxos no sale aún de ellas pero todo se andará.
Entre concierto de la Banda Municipal y paseo por El Arenal para ver si alguien me invitaba a catar su cazuela de bacalao al pil pil, he podido comprobar que tenemos más cantera que el Athletic. El Arenal cada vez se parece más a Lezama, nuestros txikis bajan a diario para empaparse de la esencia de Aste Nagusia y que mejor campo de aprendizaje que los talleres que las comparsas organizan para ellos.
Desde hacer acrobacias a bañarse en la piscina de Kaskagorri, la oferta es sin duda muy atrayente en las matinales, además tenemos a los de Trikimailua y sus aires scouts que nos ayudarán a pulir aún más la oferta. La participación hizo grande a Aste Nagusia y es tiempo de mimar a los nuevas generaciones para que luego logremos que a mitad de fiesta no se vayan a Mundaka a coger unas olas, o lo que es peor, a la casa de sus padres en Laredo aprovechando que sus viejos son unos acérrimos seguidores de las bilbainadas y han vuelto a Bilbo. El Arenal es el gran taller de aprendices de Marijaia, donde se van formando las nuevas generaciones de fiesteros. ¡Cuidemolos, porque ahí está el futuro de Aste Nagusia! Preparemos a los futuros juerguistas.

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