El cine coreano rompe una lanza por la animación tradicional con este maravilloso largometraje, que en el Festival de Sitges ganó el premio de mejor película de animación infantil. En su país fue todo un acontecimiento de público, recaudando más de once millones de dólares, muy por encima de los dos y pico que había costado.

Se basa en un cuento de Hwang Seon-mi, y en su versión cinematográfica ha sido comparado con «Bambi», a causa del fuerte impacto dramático de algunas de sus escenas en los niños y las niñas más pequeños. Pero la película lo que quiere reflejar es el ciclo de la vida, mostrando cómo unas especies se alimentan de otras dentro de un equilibrio natural.