Un solitario gol de Alharilla acaba con el equilibrio
La Real dio la cara pero no pudo comenzar la temporada sumando.

LEVANTE 1
REAL 0
El debut liguero de la Real se saldó con derrota. Un solitario gol de Alharilla, mediado el segundo tiempo, rompió el equilibrio de un partido con pocas, pero repartidas, ocasiones.
Con un once en el que lucían dos de las incorporaciones veraniegas, María Díaz y Leire Fernández, la Real salió dispuesta a llevar la batuta. A punto estuvo de frustrar sus intenciones el cuadro granota porque, nada más comenzar el encuentro, envió un disparo desde la frontal que se estrelló en el larguero.
Pese al susto, las realistas consiguieron asentarse en el campo e hicieron suya la primera media hora de partido. Incluso gozaron de algún acercamiento a la meta de Sandra Paños, como la ocasión de la que dispuso María Díaz, que no llegó a rematar el cuero tras un buen servicio de Nahikari García dentro del área, o el disparo cruzado de Leire Fernández, igualmente a pase de Nahikari, que se marchó fuera por poco. Conforme se fue acercando el descanso, el Levante tomó el testigo para hacerse con el control del juego, aunque no lo suficente como para amenazar la integridad de la portería txuriurdin.
No cambió demasiado el partido en la reanudación, en la que las dos escuadras intentaban dominar el choque sin acabar de conseguirlo. Pese al equilibrio y la ausencia de ocasiones claras, la Real fue capaz de amagar con el gol, con un disparo de Leire Fernández, de nuevo a pase de Nahikari, que se marchó rozando el palo.
Lamentablemente, no corrió la misma suerte la respuesta levantinista. A veinte minutos del final, Alharilla aprovechaba el rechace de una falta para notar el primer gol del partido. Intentaron las guipuzcoanas que no fuera el único. Unai Gazpio movió banquillo, buscando dotar de mayor poder ofensivo al equipo, pero la igualada no llegó. Ni siquiera se rindió la Real en la recta final, cuando se quedó con diez después de que Ane Bergara viera la segunda cartulina amarilla, pero los tres puntos se quedaron en Nazaret.
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